Se ha escrito mucho sobre el tema James Rodríguez. Las versiones van y vienen. Lo único claro es lo que dice el entorno del jugador colombiano. Ser suplente no es ningún delito y si uno se pone a ver esto sucede con los jugadores latinoamericanos en estos momentos. El panorama es desalentador. Figuras como Cavani, Alexis, Chuky Lozano, no son titulares en sus equipos y, a excepción de Vinicius, Valverde o Lautaro, las figuras nuevas de esta parte del mundo no se están consolidando en Europa.
A James le tocó jugar con un técnico que definitivamente no cree en su estilo de juego. Una lástima. Pensar que lo dejó todo en el Bayern para devolverse a Madrid a esperar su revancha pero nada. Las cosas no le salieron. En Munich lo querían a pesar de sus encontronazos con el técnico Kovac.
En Madrid hay buenas noticias para James. El interés del Manchester United es genuino y está dispuesto a pagar hasta 20 millones de euros por él. James quedará libre en agosto así que, con su pase en la mano, podrá negociar a su antojo e irse lejos de Zidane.
Eso es todo, James quiere llegar sin lesiones, descansado, se está cuidando para su nuevo club. Es que se dio cuenta que todo está perdido en la carrera por convencer a Zidane y lo mejor es guardar fuerzas para su futuro que será en la Premier League. A los 29 años está en plenitud de condiciones y lo único que necesita es lo que todos los jugadores quieren para brillar: minutos y confianza.
Aunque el sueño de James no es otro que quedarse en Madrid y jugar con el Atlético. Sería la mejor venganza para el desprecio de Zidane.