El magistrado liberal Emiliano Rivera quiso, con el apoyo del uribista Felipe García, empujar un proyecto de ley ante el congreso para hacer nombramientos discrecionales y modificar la planta de personal del Consejo Nacional Electoral.
Los 7 magistrados restantes que fueron excluidos, se le atravesaron rotundamente generando una situación de facto para Rivera que resolvió ofrecer su renuncia antes que dar una batalla que tenía perdida contra la mayoría de su compañeros.
Felipe García, quien estaba en la misma situación pero no renunció, sería el presidente encargado mientras se tejen nuevos acuerdos políticos para designar a un nuevo presidente del órgano electoral.
Aunque hay un acuerdo tácito entre los magistrados de no comentar el tema en medios, y Rivera explicó su salida por "falta de presupuesto para operar" lo cierto es que los siete magistrados restantes se le revelaron ante su intención de impulsar un proyecto con causa propia.