Era guapo, era millonario, poderoso. Decía que pertenecía a una familia de dueños de diamantes. Se hacía llamar Simon Leviev, tenía jet privado, casas en Mikonos, era el que pagaba las fiestas más caras en los lugares más exclusivos. Tenía guardaespaldas, relojes de 200 mil euros, Roll Royce y jet privados. Las mujeres, en Tinder, le daban match. Soñaban con que fuera su príncipe azul. Nadie le podía decir que no. Él las enamoraba con las mismas palabras y, al mes, ya les decía que querían que fuera sus parejas, la madre de sus hijos. Entonces ponía en ejecución el plan. De un momento a otro sus enemigos empezaban a perseguirlos. Mandaba un video en donde su supuesto guardaespaldas aparecía con la cabeza rota, golpeado. Y empezaba el acoso: “Amor, tienes que mandarme plata, tengo mis cuentas bloqueadas, dame tu tarjeta, necesito mantener mis gastos” Y entonces las mujeres, ya comprometidas, enamoradas, accedían. En ese momento el enamoramiento era total, incluso ya hablaban de ver apartamentos juntos para irse a vivir. El presupuesto era de 15 mil dólares el arriendo. Nadie le decía que no.
Simon Leviev pronto hacía que el cupo de la tarjeta de crédito de sus parejas fuera insuficiente, así que les hacía acceder a prestamos y ellas le entregaban sumas exorbitantes en efectivo. A Pernilla Anderson, una noruega con la que se iba a casar, le sacó 250 mil euros, a Susana, una checa, le robó 100 mil euros. Y de un momento a otro el hombre desaparecía. En esa especie de esquema Ponzi Simon pagaba sus excesos.
Simon Leviev no era el hijo de una familia de dueños de minas de diamantes como afirmaba sino un israelita que vivía en la zona más pobre de Tel Aviv y que desde los 12 años se dedicó a estafar gente. La investigación de un periódico de Noruega terminó con su captura mientras aterrizaba en Atenas. Había estafado a decenas de mujeres por 10 millones de dólares. Apenas le dieron 15 meses de prisión de las que sólo pagó 5. Ahora vive en Israel, tiene Tinder, y está cuadrado con una prestigiosa modelo. Otra vez tiene Ferraris, Lamborghini, y hace las pantagruélicas fiestas que fueron su sello.
En el documental de Netfix llamado El estafador de Tinder, se cuenta la historia de Shimon Hayut y, es toda una advertencia para las que están buscando encontrar el príncipe azul en esta red social. Tienen que verlo ya.
