En el tercer piso del Museo Miguel Urrutia del Banco de la República se presenta una exposición inusual. Mucho papelito, muchos objetos regados en el suelo, mucha tela colgada muchas palabras sueltas.
El trabajo de Cecilia Vicuña desentierra la precariedad y la ritualidad en un arte que se ve viejo. Que han pasado los años pero que son su conexión con el compromiso con el medio ambiente y el compromiso político estuvo siempre junto con los ideales de Salvador Allende.
Cecilia Vicuña nació en 1948 en Santiago de Chile es artista, poeta y con ideales que se unen para inspirar gran parte de su producción artística y de su actividad performática.
“En una carta de 2006 dirigida a la entonces candidata Michelle Bachelet le dice: “La vida es el agua, y el agua es la memoria. Por el agua vivieron y murieron nuestros ancestros. Por el agua vivirán los que vienen. Pero si el cianuro permea los valles, el aire y el agua, esa será la memoria que perdurará. Durante siglos cada mujer que se ha atrevido a oír y hablar desde el amor ha sido perseguida. ¡Durante siglos hemos callado frente al abuso para sobrevivir, y sin embargo tú estás ahí! ¿Quién oirá, si no el dolor de los que perderán la tierra y el agua?"
El tema nos importa hoy más que nunca, pero la forma de expresarlo, lo revisaron plásticamente mucho en el pasado. Lo mismo sucede con las imágenes. Desde los sesenta, comienza a pintar imágenes indigenistas, como una actitud anticolonial, pero volvemos al indigenismo de los años cincuenta. a un primitivo sentido de la estética. Temas que ya han sido superados en las expresiones del arte contemporáneo, aunque la problemática es la misma.
Estudió en La Facultad de Artes de Chile y continuó su postgrado en Oxford, en Slade School of Fine Arts. Vivió en Londres donde fundó una organización de artistas que buscaban la solidaridad. crítica que no busca una respuesta a lo que significa la práctica democrática.
En 1974 llegó a Colombia a quedarse 5 años mientras era profesora de Arte de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y profesora de poesía contemporánea en la Universidad Libre. De acá comenzó su mundo con las palabras que llamó Palabramas, tal cual lo indica el título de su muestra Veroir el fracaso iluminado
Donde al partir las palabras o se mi ya, se mi yo; sol i dar idad, se abren las palabras para exponer su metáfora interior. Queda entre líneas. Esas palabras pueden ser traducidas en formas no visuales como hebras, velos y especialmente con una relación entre la palabra, el hilo y el agua.
También su trabajo hace uso de los Quipus, que son nudos con los cuales los primeros americanos realizaban su mundo matemático.
Interesante propuesta. Porque los temas son los mismos. Ayer comenzó una nueva democracia con la posesión de Gabriel Boric con un gobierno feminista que contará en su gabinete 14 mujeres que buscarán salvar el hilo del agua.