Muchos quedamos atónitos ante los oídos sordos del Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, del Presidente Juan Manuel Santos y del Vicepresidente Germán Vargas Lleras sobre la oposición de la mayor parte del país a dicha venta. Después de largas discusiones, debates, columnas de opinión, tendencias en las redes sociales y un gran etcétera, Isagén fue vendida.
Soslayando los argumentos jurídicos y técnicos de la venta (con subasta a la colombiana a bordo), quiero darle una mirada a las implicaciones de dicha venta, especialmente del futuro del sistema financiero. No creo que el sistema financiero se convierta benévolo de un momento a otro, como nunca lo será un negocio en el que el principal objetivo es maximizar utilidades. Pero la venta abre el debate sobre la banca estatal: ahora es un 'buen negocio'.
Como todos saben, o por lo menos los que han seguido el tema, la venta de Isagén está justificada en la construcción de las vías 4G del Gobierno Santos, generando un hueco fiscal que no está claro en el momento, pero que muchos expertos proyectan superior al 3% del PIB. Las 4G son el caballito de batalla de Vargas Lleras para la presidencia.
Pero éstas no las hace directamente el Gobierno con una empresa estatal; se hace por medio de una concesión en la que unos privados realizan las obras a cambio del recaudo por concepto de peajes que pagaremos todos directa o indirectamente (los camiones que transporten todo tipo de mercancía pagan peajes y ese costo se traslada al precio de los artículos). Hasta ahí todo normal: así se ha hecho muchas veces. Como estas empresas no encontraron un banco serio, nacional o internacional, que les preste para una inversión tan riesgosa como la construcción de carreteras en nuestra escarpada Colombia, el buen banco será la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN).
La FDN será el prestamista de las nuevas construcciones, con unas condiciones favorables (Ocho años de gracia y una tasa de interés menor de la que tiene la banca comercial), beneficios que no se habían dado en años, y ejercicio que se justificaba en la ineficiencia del Estado para administrar dichas entidades. El nuevo Banco, llamado FDN, será la mejor apuesta del Gobierno Santos para que los ricos puedan 'llorar', no por el aumento de los impuestos como dijo en referencia a la Reforma Tributaria, llorarán de la dicha porque ahora tienen financiamiento más fácil que cualquier mortal colombiano.
Todo esto parece ser un argumento para ver con buenos ojos a la banca estatal, aunque a la inversa del Banco de los Pobres de Muhammad Yunus, que antes se declaraba ineficiente, y que muchos campesinos buscaban con el paro agrario, debido a las expropiatorias y/o inexistentes fuentes de financiamiento en el campo y la ciudad. Con este ejemplo nos queda claro que los recursos son como la justicia: para los de ruana.
@LuisBordaSilva
