La valiente magistrada Maria Victoria Calle que no se ha dejado vencer

La valiente magistrada Maria Victoria Calle que no se ha dejado vencer

Después de dos años en coma profunda por un accidente cerebrovascular, la jurista cuyo voto enterró la tercera reelección de Álvaro Uribe, empieza a dar señales de recuperación.

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septiembre 28, 2020
La valiente magistrada Maria Victoria Calle que no se ha dejado vencer
Crédito: Óscar Pérez/El Espectador

En enero del 2009 el experimentado magistrado Manuel José Cepeda, uno de los arquitectos de la Constitución de 1991, concluyó su período en la Corte Constitucional. El nombre que empezó a sonar para su reemplazo lo dio el propios Presidente Uribe: la jurista pereirana Maria Victoria Calle. Llovieron rayos y centellas por lo que parecía ser una jugada calculada de la Casa Nariño para asegurar una mayoría en la Corte que definiría la suerte de una reforma constitucional para habilitar a Alvaro Uribe a aspirar a una tercera reelección. El Presidente en pleno combate contra las Farc al mando de la Seguridad Democrática estaba en el topo del prestigio.

Habían razones para que la candidata no generara la confianza e idoneidad como jurista que planteaba el alto cargo.. Aunque había nacido en Medellín su carrera profesional la desarrollo en Pereira, donde fue secretaria jurídica en la gobernación de Risaralda durante un buen período que cubrió tres gobernadores de  1992 al 2.004 -Roberto Gálvez, Diego Patiño y Ernesto Zuluaga. Allí en Pereira se encntró un caso con su colega Gustavo Eduardo Gómez en 1995, quien llegaría a ser magistrado y Presidente del Consejo de Estado.

Conservador, graduado en la Universidad del Cauca y cercano también a Alvaro Uribe. Una condición que contribuyó a que el Presidente pusiera en consideración su nombre asi como un reconocimiento a su departamento cuyos votos habían sido importantes para su reelección cuando derrotó al exmagistrado de la Corte Constitucional y profesor suyo en la facultad de derecho de la Universidad de Antioquia: Carlos Gaviria, quien se presentó a la contienda con el aval del Polo Democrático.

El nombre de Maria Victoria Calle terminó calando y el 10 de febrero del 2009 fue elegida con 74 de los 77 votos como magistrada de la Corte Constitucional. Entró a formar parte de una Corte con un marcado sesgo liberal en el pensamiento con el impronta de Carlos Gaviria y Manuel José Cepeda y ahora con magistrados que mantenían el mismo talante de Juan Carlos Henao, Jorge Iván Palacio y Luis Ernesto Vargas.

Llevaba un año en la Corte cuando el 20 de febrero se dio un momento definitivo para la suerte de la democracia colombiana. Debía votarse la constitucionalidad de una tercera reelección presidencial que ya había sido aprobada por el Congreso y que entraba a revisión en la Corte. El palo de la jornada fue el voto de la magistrada Maria Victoria Calle: negativo. El resultado final fue 7-2. Calle se alineó con el bloque integrado por  Henao, Palacio y Vargas. Salvaron el voto los magistrados  Jorge Pretelt, conservador amigo personal de Uribe, y Mauricio González, su ex secretario jurídico, quienes encontraron que los vicios incurridos en el trámite de la iniciativa reeleccionista eran insalvables.

Pero su contundencia e independencia jurídica no concluyeron allí. Fue ponente a favor del aborto y el matrimonio igualitario y una vez Juan Manuel Santos fue presidente también se opuso a la amplitud de sus poderes camuflados en el llamado fast track. Entre febrero del 2016 y su retiro de la corte en abril del 2017, a los 59 años, sería la Primera Mujer Presidente de la Corte Constitucional. Después vendría la tragedia.

En octubre del 2018 tuvo un accidente cerebro vascular. La sometieron a dos cirugías complicadísimas. No se pudo recuperar. Entró en un coma profundo al punto que los médicos hablaron de muerte cerebral. Calle había dejado explícito que en caso de que en algún momento de su vida estuviera en estado vegetal, una situación como la que estaba enfrentando,  la desconectaran. Sin embargo su esposo Gustavo Gómez, no se dio por vencido. Guardaba la esperanza en que el talante luchador de su esposa en las adversidades la sacarían adelante. Tuvo paciencia.  En enero del 2019 la trasladaron a su casa, con ayudas para mantenerse con vida.  Fueron siete meses de angustia, de dudas, de resignación. Incluso el 30 de diciembre del 2019 el noticiero CM& llegó a anunciar su muerte. La fe se agotaba.

Hace un año el pasado 11 de agosto del 2019 Calle despertó del coma profundo. Desde ese momento todo ha sido terapia y buenos augurios. Es un nuevo nacimiento. Ya se puede sentar y está volviendo a aprender a hablar. A sus 61 años tiene toda la fuerza para un nuevo comienzo.

 

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