Tras un año de confinamiento por la pandemia de la COVID-19, los países más poderosos del mundo ya comenzaron a vacunar a sus nacionales; por el contario, los países más vulnerables apenas se encuentran en negociaciones o han vacunado a una población incipiente. Esto se debe en gran parte a las dificultades en la negociación, lo cual, según la BBC, se da porque los países más ricos, como por ejemplo Canadá (que pidió suficientes dosis como para vacunar cinco veces a cada uno de sus ciudadanos), solicitaron más vacunas de las que realmente necesitaban.
Por otro lado, Israel lidera la vacunación mundial per cápita (con casi un tercio de sus ciudadanos vacunados) y Reino Unido ha inmunizado a más del 10% de sus casi 67 millones de habitantes. Esto nos muestra que la situación en el mundo es abiertamente desigual. Ello se debe en buena parte, como se mencionó antes, a que la mayoría de las vacunas ya fueron compradas por los países con más recursos; por lo que si no se toman otras estrategias, millones de personas tendrían que esperar hasta 2022 para vacunarse.
Algunos países de ingresos más bajos están tratando de conseguir vacunas a través del Covax, una alianza global de donantes que quiere conseguir dos mil millones de dosis gratuitas y empezarlas a distribuir en febrero. Sin embargo, el problema radica en que no quedan muchas reservas de vacunas para comprar. Por ello, los países con economías menos desarrolladas tendrán que esperar hasta que las farmacéuticas cumplan los acuerdos de venta ya pactados. De hecho, The Economist prevé que la mayoría de la población adulta de aquellas logrará estar vacunada a mediados de 2022, mientras que en países de mediana economía, como el nuestro, el cronograma se extenderá hasta finales de ese año con una alta probabilidad de extenderse hasta principios del 2023.
Así mismo, según El País de chile: “En Colombia, las autoridades han optado por combinar una estrategia multilateral y varias bilaterales –de las que no han trascendido los detalles– para buscar la inmunización”. El país hace parte del Covax, con lo cual aseguraría diez millones dosis para el segundo semestre de 2021. “Además, mantiene negociaciones bilaterales, bajo acuerdos de confidencialidad, con seis farmacéuticas en fase tres de desarrollo –Pfizer, AstraZeneca, Janssen, Sinopharm, CanSino y el Serum Institute de la India–. En esos casos, esperan obtener cinco millones más para el primer semestre del 2021, con lo que completarían la primera fase de vacunación contra la COVID-10”.
Ante este panorama debemos pensar que de la mano del problema de salud pública viene el problema de la reactivación de la economía, ¿entonces qué hacer? Lo primero es generar otras estrategias para que el país pueda acceder más rápido a la vacuna, incluso de manera privada, con el fin de no depender de otros organismos o países. Lo segundo es reactivar de manera inmediata la economía (con énfasis en las mipymes), liberar la inversión pública en obras de infraestructura, activar sectores (como el de la construcción) que generan fuentes de trabajo, activar a través de la banca de segundo piso los créditos de fomento y fomentar la asociatividad no solo de carácter comercial, sino especialmente la de la economía solidaria (como cooperativas, fondos rotatorios y mutuales que permitan a los pequeños empresarios y comerciantes generar riqueza).