El crecimiento de la sociedad y la globalización han hecho de la infraestructura vial uno de los elementos fundamentales que inciden en el desarrollo de las naciones. Y los peajes son fundamentales en este contexto.
Los Estados están obligados a garantizar las condiciones para que los productores agrícolas y nuestros proveedores e importadores tengan la capacidad de transportar y recibir sus mercancías, alimentos e insumos en su lugar de destino.
Según la Ley 80 de 1993, la inversión a las carreteras del país se hace única y obligatoriamente bajo la figura contractual de concesión.
El mercado internacional y la ciudadanía en general, aunado a la alta demanda automotriz, requiere de vías que se adapten a las nuevas realidades y para la construcción de vías como las 5G se necesita de un gran gasto público.
De ahí el surgimiento de los peajes, los cuales nacen a partir de licitaciones públicas, que ganan las empresas privadas con mayores recursos y que además cumplan con los requisitos de calidad establecidos por la ley.
El anterior contexto es para apoyar en primera medida la justa indignación del gremio transportador, sectores productivos y particulares, pero también para aportar a la búsqueda de alternativas que sirvan para dar solución a la problemática.
Hay 3 factores que pude recolectar en el análisis de la situación:
- Costo
- Distancia entre peajes
- Tiempo de la concesión
Que se abra el debate con el gobierno nacional, incluyendo al Congreso de la República y se puedan llegar a acuerdos sobre bases objetivas que beneficien las partes reclamantes, pero que preserven celosamente el equilibrio fiscal.