Adelina Covo, en su libro El chocorazo (Editorial Ibáñez), cuenta el fraude de Reyes en 1904 “Del 7 al 11 de febrero, Ismael Noguera se encontraba en Santa Marta cuando el general Juan Manuel Iguarán le mostró los ya muy famosos pliegos electorales. Cuando le correspondió declarar en el proceso, también afirmó, que, si bien era cierto que los documentos estaban firmados por los electores, el espacio de los candidatos, por quienes se había votado, estaba en blanco. Sorprendido, Noguera preguntó a Iguarán la razón de esto, lo que el general había justificado diciendo que se había puesto de acuerdo con los electores de Riohacha y habían decidido mandar los pliegos para Santa Marta, de manera que allá pusieran los nombres de los candidatos que se debían elegir, porque al no haber telégrafo en el pueblo, no habían podido recibir ninguna instrucción del gobierno de Bogotá sobre por quién debían votar”.
Quise comenzar con este argumento de este escrito del libro de la doctora Adelina Covo, escritora, historiadora y abogada sobre el fraude electoral en Colombia y conocido como El chocorazo, para ingresar nosotros los guajiros sobre la situación de fraude electoral que se está dando en nuestro departamento y que cuenta con la ayuda de la Registraduría Nacional de Estado Civil, a través de los jurados de votación, y que se ve claramente en los municipios de Uribia y Manaure.
Manaure y Uribia son mayoritariamente indígena, dispersamente poblada, desértica y limítrofe con Venezuela. Su economía está ligada a la actividad minera, al contrabando y a la exportación de cocaína por sus costas. La Alta Guajira, por su geografía desértica, dispersión demográfica y poca presencia estatal, la presencia de los fraudes electorales es una constante.
Pero el profesor Elimenes Bruges Guerra (La Guajira y los delitos electorales), nos explica cómo para ser establecido como departamento La Guajira, le tocó al doctor José Ignacio Vives Echeverría falsificar la firma de dos concejales del municipio de San Juan del Cesar, porque la Constitución Política exijía la firma de las tres cuartas partes del nuevo departamento. Ahí hubo otro fraude, pero con esas dos firmas falsa se aprobó la ley que dio vía jurídica al departamento de La Guajira.
En el pasado debate electoral que se dio el 13 de marzo, se dio en estos dos municipios de La Guajira, Uribia, la capital indígena de Colombia, y Manaure, que indígenas wayús votaron en un 98 % a favor de dos candidatos, uno al Senado y otro a la Cámara, ambos del Partido Conservador. El municipio de Uribia es de tradición liberal, sin embargo, esta vez se vistió de azul.
Nos asombra que el candidato al Senado, sin ser guajiro y no conocerlo aquí, haya sacado más votos que Alfredo De Luque, un guajiro que ha sido tres veces representante a la Cámara y que aspiraba al Senado. Extraño que venga un interiorano a sacar en Uribia 10.032 para un total de 20.578 votos en el departamento, como decimos aquí, por un cachaco; y el candidato a la Cámara obtuvo 13.595 votos en Uribia. Es inaudito que los indígenas wayús que viven en estos territorios votaran tan acertadamente por esos candidatos solo con el número y el nombre del partido.
Ante esto, es necesario que el Consejo Nacional Electoral ponga biometría en cada uno de los municipios del departamento de La Guajira, tanto en la zona urbana como en la zona rural. La biometría busca identificar tecnológicamente e identificar alguna característica morfológicas que diferencia a una persona del resto de seres humanos, como puede ser la forma del rostro, el iris, la voz o la huella dactilar. En Colombia, incluye un dispositivo de captación de la huella y un software biométrico que interpreta la muestra física y la transforma en una secuencia numérica.
¿Cómo harán para votar en puntos tan distante en Uribia, como, Taparahin, Taguaira, Uru, Carrizal, Porchina, Paraíso, y Bahía Honda?, aquí no solo es necesario los testigos electorales sino que la biometría para evitar que muchos líderes terminen votando por los no wayús, que deben de entregar su cédula al palabrero o cabildo gobernador, mucho antes de las elecciones.
Ya es necesario y justo que en Colombia se vaya a implementar el voto electrónico, que imprentaría que la decisión del voto sea realmente respetada
