Para todas las personas que están interesadas en brindarles a los jóvenes un cambio sustancial en los modelos de educación universitaria, ya está en circulación gratuita el libro “La universidad hoy” *.
Esta tercera edición sale en un momento realmente interesante, cuando necesitamos recoger experiencias y reflexiones sobre el futuro de la educación superior en Colombia porque las propuestas que circulan sobre la reforma a la ley treinta, si bien se enmarcan dentro de las buena retórica de los discursos de moda de la paridad de genero, lo territorial y lo ancestral, no parece encaminadas a una renovación real del viejo modelo de universidad feudataria, ni de su reciente versión gerencialista con sus manidos conceptos-trampa de “calidad”, creatividad-innovación, emprendimiento, experticia, formación para el trabajo etc.
Para que se hagan una idea del tono del discurso, les transcribo este párrafo: “Las universidades son instituciones de herencia y estructura feudal, que los Estados nacionales a lo largo del tiempo han venido creando, básicamente, para reproducir las ideas y los conocimientos que le son funcionales al sector dominante para la reproducción material, el control social y el ejercicio de la violencia simbólica.
Cada universidad es una entidad de formación política que refleja las dinámicas propias de la sociedad y donde confluyen también algunas de las nuevas concepciones del mundo. En ella se crían las ansias de poder, los roles de servidumbre y la prédica de nociones emergentes como la democracia, el pensamiento crítico, la ecología y las que nos imponen desde el gobierno global las grandes corporaciones capitalistas.”
Un aspecto particular del libro es que no pretende hacer una exposición neutral de estadísticas o de los hechos, como los que acostumbran a hacer los académicos, pues está escrito en primera persona, porque la intención es resaltar, con el lenguaje directo y crítico la realidad y que no se está exento de cometer errores de juicio.
El autor toma como base argumental sus experiencias vividas durante 40 años en la Universidad del Valle para luego ir examinando los estragos que ha causado la ley 30 en las universidades en general, porque, deben saber que el gerencialismo es una simple importación que llegó vía el ministerio y sus burócratas de clase media ascensionista que la ponen en práctica en medidas como:
- El florecimiento de unidades burocráticas dedicadas a la publicidad comunicativa y la búsqueda de dinero.
- La creciente estructuración piramidal de la toma de decisiones.
- El sometimiento del profesorado a las actividades administrativas para el control de los indicadores de gestión de la “calidad” o acreditación.
- La minimización del trato entre los seres pensantes mediante la reproducción de los procedimientos modernizantes y estandarizados que buscan la santa eficiencia en los hartward y los software, disque por ecología. Ahí están como ejemplo lo que hacen en los concursos de-méritos y en tantos otros usos que se le dan a las herramientas de google.
- El sometimiento de los profesores al sistema de pago por productividad. Los bajos niveles de lectura y escritura. Pocas personas se leen al menos un libro entero al año, solo hay tiempo para mirar el celular y a veces los artículos indexados que circulan en los mercados de datos.
- La tercerización o subcontratación de actividades que podrían hacerse con el personal de la comunidad universitaria.
- La proliferación de profesores a destajo. A quienes no solo sus pares nombrados les niegan la estabilidad sino el derecho a ser tratados con dignidad.
- El aumento del número de carreras profecionalizantes y “posgrados de impacto”
- La concesión de reconocimientos por productividad y la docencia calificadas que se otorgan entre colegas. Esa productividad ha sido la estrategia perfecta para la introducción y sujeción de los docentes en la lógica del sistema gerencial.
- Y por último lo palpamos en la perdida de la razón de ser de una universidad, pues mientras el profesorado contratista precarizado no dispone de tiempo ni herramientas para dedicarse a la formación integral de los estudiantes o al fomento de los saberes históricamente valiosos, otros enfocan los esfuerzos institucionales en hacer inversiones en edificios, ascensores, parqueaderos y en la remodelación de sus oficinas.
Ahora viene lo más interesante. El texto base se terminó en el 2016, pero como la pluma afilada iba contra las viejas y nuevas expresiones legales de la corrupción en la Universidad del Valle, obviamente no tenía ninguna posibilidad de ser publicado bajo algún sello editorial de “reconocido prestigio” ni habría sido aprobado por los expertos de la investigación “scientista”. En consecuencia solo se pudieron publicar 300 ejemplares con “Inconformes editores”. La segunda edición circuló escasamente por internet en el año 2019, en medio del consecuente desempleo del escritor, pues ya había sido retirado de dicha institución por ser un personaje políticamente incorrecto. Y esta tercera edición no superará los 100 ejemplares porque al autor, aparte de que le toca adelantar toda la investigación (no dispone de monitores a su cargo), debe salir a la reportería gráfica, diseñar y organizar el machote, hacer imprimir las paginas, pegar las carátulas, comercializar los ejemplares y servir los tintos. Todo porque el único empleado de la empresa editorial soy YO.
*http://cesarca.pbworks.com/w/file/fetch/153994500/Universidad%20Hoy.pdf
*https://www.slideshare.net/cesarca1102/universidad-hoypdf