Si existe una persona que conoce el mundo universitario colombiano es el padre Jorge Humberto Peláez, quien acaba de entregar la rectoría, después de concluir su período como rector de la Universidad Javeriana. Sacerdote jesuita, fue estudiante de filosofía en esta institución antes de viajar a Francia a especializarse en el Centro Sevres de París. Ha sido profesor toda la vida, y rector de la Javeriana de Cali y luego de la Javeriana de Bogotá durante los últimos seis años. 014 asumió la rectoría de la sede de Bogotá.
La universidad, en medio del gobierno de las anunciadas reformas, incluida la de la educación superior, retoma su importancia por la expectativa creada pero también como trinchera de pensamiento, de debate público y de formación de ciudadanía, la prioridad del Padre Peláez, más allá de la formación profesional. Por eso esta conversación tan necesaria.
Juan Manuel Ospina: Jorge Humberto Peláez no hay mejor momento que este para nuestra conversación, ahora después de casi una década al frente de la Javeriana en Bogotá. Su fuerte ha sido el tema de la ética. Pero empecemos por la educación. ¿Dónde está parada la universidad en esta crisis mundial? ¿Qué cambios se avizoran? ¿Cómo ves la universidad enfrentada a esta realidad?
Jorge Humberto Peláez: La universidad es un actor social fundamental para la marcha de la sociedad. Se trata de formar profesionales, de contribuir a la resolución de los grandes problemas a través de la investigación. Pero la formación de profesionales se quiere ver de una manera simplista; he oído a profesores hablando de la necesidad de producir profesionales como si se tratara de una fábrica para desarrollar el engranaje de un mundo productivo, olvidando que acá se forma el ciudadano.
Este es el lugar donde se forja la democracia, los valores críticos, el respeto por el otro, el sentido de la justicia, por eso es tan importante el campus universitario como un laboratorio fascinante de encuentro con todas las tendencias y comportamientos. Vemos todos los días en el periódico, en la tv, propaganda de universidades en el exterior muy baratas; más baratas que la javeriana, pero esos cursos que ofrecen permite desarrollar habilidades, pero allí, en esos escenarios, no se forman los ciudadanos, no se fomenta la democracia. Es certificarse para salir al mundo laboral. El mundo universitario tiene un reto que es forjar el pensamiento crítico. Necesitamos formar gente inteligente y crítica.
JMO: El pensamiento dominante es que la educación es un negocio. Pululan las especializaciones, las maestrías y la verdad, no puedo dejar de ver el signo pesos detrás de estas propuestas. Es casi una capacitación y no una formación; no se forman ciudadanos con una dimensión ética. Hay una crisis de la institución universitaria, todas tienen un endeudamiento enorme. Los estudiantes dejan de sentir que en la universidad encuentran algo que buscan para ver como enfrentan este mundo tan desafiante.
J.H.P: Ahora todo se mide por indicadores y me gusta esto para no caer en carretas; creo en los indicadores, pero la cultura contemporánea cae en la trampa del eficientismo, un ejemplo son los rankings, no se puede gobernar de acuerdo con los rankings porque estos nos homogeneizan, nos imponen un modelo estándar de universidad que es fatal para formar ciudadanos en una sociedad pluralista.
Fui representante de las universidades privadas, considero un valor formidable la variedad de propuestas y que exista la universidad de origen empresarial, política, liberal, el país necesita el espíritu de una universidad pública, pero con los rankings nos pasa la aplanadora por encima de esa diversidad y nos pone a caminar a todos en la misma dirección. Le apuesto a la diversidad. Un peligro que se tiene que sortear son los intentos de manipulación para que la universidad se pronuncie sobre determinada ideología. No se debe ser de izquierda ni de derecha, la universidad debe ser la Maloka del pensamiento diverso. Que quepamos todos, debates civilizados sin insultar a nadie.
JMO: La universidad debe ser universal, es el llamado a que converjan las diferentes versiones, lo peor que puede haber es un profesor confesional.
JP: Hay un concepto que he madurado y que me inspira mucho, la Javeriana cumple 400 años de su fundación. Cuando uno está al frente de una universidad como esta, o el Rosario, hay que manejar muy bien porque la tradición debe ser tenida en cuenta. Hay que tener un respeto del carisma fundacional, tiene que tener un pie puesto en la tradición y en el ayer y el otro en el futuro, con sabiduría. Leer el pasado con espíritu crítico, tener la mente abierta a estos horizontes tremendos. El mundo de lo digital nos puso al servicio de ellos mismos. Y acá hay, sin duda, programas que perdieron su vigencia.
JMO: Recuerdo a Mockus y su construir sobre lo construido, toca evitar sentirse los primeros. Ojo que son elementos para seguir construyendo. Lo que recibimos, los desafíos y las tareas no solo se encuentran en la universidad; interviene la política, la cultura, la realidad urbana pero también la rural y con todos los temas ocurre lo mismo, situarnos en el presente sin olvidar pero tampoco quedarnos anclados en el pasado; lo que menos quieren los campesinos es que los dejen en el siglo XIX. Se necesita una capacidad de tejer entre lo que se recibe y lo que nos demanda el futuro.
JP: Hay un punto que quisiera subrayar. No es difícil , por el ego, asumir políticas de Estado que permita que haya continuidad en los procesos, en las administraciones locales, nacionales. Es indispensable saber construir sobre lo construido, el borrón y cuenta nueva no le sirve a nadie. Soy admirador del oriente, he ido a la China dos veces, tres veces a Corea y ese modelo que transformó todo, en tema de educación tuvieron política de estado, continuidad. Delinearon cómo querían educar a los niños, cómo seguir con el bachillerato, una visión a cuarenta años; pero aquí llega cada ministro de educación a inventar las cosas. No hay proceso ni transformaciones profundas. Que no nos de miedo llevar adelante las políticas del antecesor. A esto hay que darle continuidad.
JMO: Hay que aceptar que toda obra humana es susceptible de ser mejorada no estamos sentadas en la universidad que es. Como es la universidad necesaria hoy en un país como el nuestro
JP: Un primer punto es el pensamiento crítico, un elemento fundamental independientemente de la carrera que se haga, formar ciudadanos, el tema de la flexibilidad es cada vez más necesario. En este momento las universidades están trabajando muy bien, cada uno va trazando su perfil diferente, el tema de la flexibilidad me parece fascinante. Cada vez toma más importancia las competencias blandas. Integrar equipos. Y saber de varias cosas, la interdisciplinariedad es fundamental. Hay un aporte del Padre Francisco en su encíclica y es que todo está conectado con todo. Hasta para hacer una urbanización o crear un libro. No podemos formar profesionales de una línea de pensamiento. El tema de la interculturalidad me parece fundamental para trabajar en equipo. Estas nuevas generaciones son ciudadanos globales. Hay que aprender a trabajar a distancia, y trabajar con el de la India, y el de Argentina.
JMO: Es fundamental la interdisciplinariedad, la visión compleja y global en muchos casos debe estar amarrada a realidades específicas, amarradas a grupos humanos. Desarrollar tecnologías y amarrados a esas realidades territoriales a partir del análisis de problemas concretos. Esto tiene que ser una labor de investigación y difusión de conocimientos.
JP: Es la innovación, esa es la palabra que buscas. El concepto de innovación social, educativa, y esto está conectado con el tema de los territorios.
Aquí la conversación:
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