Hace tan solo cuatro días Carlos Sabogal, dueño y administrador de La Puerta Falsa, le anunció a Bogotá que el emblemático restaurante cerraría sus puertas para siempre. Después de 204 años de funcionamiento, las finanzas no habrían resistido el coletazo económico de la pandemia. La noticia llegó a oídos del rector de la Universidad del Rosario, Alejandro Cheyne, quien convocó a profesores y estudiantes para ayudar a Sabogal y el resto de empleados a rescatar este ícono de la ciudad.
El laboratorio de creación de empresas UR Steam del Rosario será el encargado de desarrollar junto a los dueños de La Puerta Falsa las estrategias para sacar adelante el restaurante y salvar del desempleo a 14 empleados.
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