Para la contienda electoral que se disputará en el 2022, tanto para el Congreso de la República como para la presidencia, estará en juego la capacidad de unión y coalición que logren hacer los grupos políticos. Para las elecciones de 2018, solo los grupos de derecha lograron unirse y son ahora quienes gobiernan, mientras los grupos de izquierda salieron divididos a afrontar la contienda electoral.
Este es el momento para que los grupos políticos y sociales alternativos se unan en unísono para hacerle frente al candidato único que saldrá de la coalición de los grupos de derecha. Estos grupos independientes que traen un nuevo aire a la política tienen el deber de liderar las riendas para un nuevo país.
Estas fuerzas deben tener claro que, independiente de lo que venga en la segunda vuelta, deben llegar unidos a la primera. Es importante el apoyo a candidatos que no cierran las puertas a otros. Además, es vital tener en cuenta que existe una gran posibilidad de poder ganar en primera vuelta solo si todos los grupos logran unirse en medio de las diferencias.
Dentro de la evaluación de los posibles candidatos alternativos, está el exgobernador de Nariño, Camilo Romero, el cual es el único candidato con posibilidades de vencer al fajardismo y que está dispuesto luego ir a una gran consulta con Gustavo Petro.
Las guerras se ganan venciendo muchas batallas. La primera es unir a la Alianza Verde en una precandidatura que saque al fajardismo y cierre la posibilidad de obligar al centro a votar en blanco en segunda vuelta o aún peor unirse a la ultraderecha. La segunda gran batalla será las elecciones generales, donde se enfrentarán a una derecha unida y fortalecida en las regiones después de sus últimas alianzas.
En las pasadas elecciones regionales se vio como diferentes candidatos alternativos rompieron con la política tradicional y han empezado a trabajar para desenmascarar la clase política corrupta que ha desangrado a las regiones por mucho tiempo. Aquí se encuentran dos grandes líderes como lo son el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, el cual se ha jugado un papel importante en este proceso, pues ha desenmascarado la alianza oculta durante tantos años entre el fajardismo y el uribismo, y venció a la candidata de Sergio Fajardo que solo logró 14.000 votos frente a los 304.000 de Quintero.
Quizás esa sea el camino que le espera al sector fajardista frente a Romero. Este es un vivo ejemplo que evidencia que las alianzas y la unión contra los grupos políticos tradicionales es posible, y es necesario para la contienda electoral de cara a 2022, para darle un giro nuevo al país.
