La unidad de la izquierda para una paz democrática

La unidad de la izquierda para una paz democrática

Opinión de Tiberio Gutiérrez: "Los acuerdos de La Habana van a inaugurar una nueva etapa en la vida política del país"

Por: Tiberio Gutiérrez
julio 28, 2016
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La unidad de la izquierda para una paz democrática

Los acuerdos de La Habana van a inaugurar una nueva etapa en la vida política del país y a determinar, en gran medida, la construcción de la unidad de la izquierda y del bloque histórico y popular.

Lo primero que hay que empezar a construir es el núcleo estratégico de la revolución democrática; es decir, la reconstrucción del Partido Comunista Colombiano (PCC) con todos aquellos que asumen el método del marxismo-leninismo aplicado a  la realidad colombiana del Pos acuerdo.

Aquí entran en juego el PCC, la transformación de las Farc en partido político, la Marcha Patriótica, la Unión Patriótica, sectores del Polo Democrático, de la Cumbre Agraria campesina, étnica y popular, entre otras expresiones gremiales y populares.

Una vez definido el núcleo estratégico, hay que pensar en la unión de las izquierdas, para lo cual no queda otro camino que la configuración de un Frente Amplio por la Paz con justicia social, para llamarlo de alguna manera, donde puedan existir todas aquellas tendencias, partidos, plataformas, y organizaciones sociales, que estén dispuestos a trabajar por la normatización e implementación de los acuerdos de La Habana.

Para llegar a este nivel hace falta construir entre todos un proyecto de programa que tenga en cuenta los rasgos esenciales que exige la nueva etapa del pos acuerdo. En este caso, dicho programa no puede circunscribirse  a los seis puntos de la Agenda de La Habana. Tiene que ir mucho más allá, tocando los puntos esenciales de un nuevo modelo de acumulación que tenga en cuenta los intereses nacionales y de las mayorías populares. Los once puntos programáticos que trae el capítulo 5° sobre “LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA Y DEL BLOQUE HISTÓTICO Y POPULAR”,  de las Tesis de discusión para el XXII Congreso del PCC, son una buena base para abrir la discusión al respecto:

1-El respaldo a la solución política y la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente;  2- Por el derecho a la vida, y liquidación definitiva del paramilitarismo;  3- Reforma del sistema electoral, estatuto de la oposición, ley de medios; ley de ordenamiento territorial;  4-Soberanía alimentaria, defensa de la tierra y del territorio, del agua y los recursos naturales; rechazo al modelo extractivista depredador de la naturaleza;  5- Zonas de Reserva Campesinas;  6- Replanteamiento del modelo económico y social; reformas que garanticen los derechos a la contratación colectiva, la estabilidad y la organización sindical; mejoramiento de los salarios; vigencia de los convenios con la OIT; Revisión de los TLC con EEUU, UE, Corea del Sur;  7-  Garantías y materialización de los derechos de la población a la ciudadanía plena, salud, educación, empleo digno, vivienda, tierra; reforma agraria, reformas a la salud, a la educación, la vivienda, al modelo de desarrollo urbano;  8- Elevación a un nivel estratégico del papel de la cultura y del arte en la superación de la mentalidad contrainsurgente anticomunista y en la creación de nuevas expresiones de la identidad democrática, de la rebeldía, del pensamiento crítico y de la idea socialista.  9-  Reformas para la reparación de las víctimas y No repetición, cambio en la doctrina militar, supresión de la doctrina de la seguridad nacional y del enemigo interno; juicio a los autores de genocidio e impedimentos para que puedan volver a ejercer cargos de gobierno;  10- Desmilitarización de la vida ciudadana y de las regiones agrarias; destinación del ejército a la salvaguardia de la soberanía; disolución de la policía nacional, depuración, reestructuración y desmilitarización de la misma;  11- Apoyo a la integración de Nuestra América; rechazo al intervencionismo político, militar y mediático de Estados Unidos; desligar de la estrategia unilateral del tratado traspacífico TTP; autonomía, amistad y relaciones en pié de igualdad con todos los países.

Definido el núcleo estratégico y programático de la Revolución Democrática, la Marcha Patriótica y la Unión Patriótica deben hacer parte del Frente Amplio, que va a ser el aparato político en el campo y en las grandes ciudades, con un nuevo PCC reconstruido entre las bases urbanas y campesinas.

El PCC y el Frente Amplio tendrán la necesidad de reconstruir el movimiento de masas social y político, no solamente en el campo, sino fundamentalmente en las grandes ciudades de Colombia (70% de la población) donde está el otro nudo de las contradicciones sin resolver, y donde se levantarán los escenarios fundamentales para las grandes definiciones de las transformaciones democráticas.

La experiencia de la marcha por el Sí a la Paz,  el 15 de Julio en Medellín, deja claro que el movimiento sindical de la ciudad no asistió, que los educadores de Medellín no asistieron, que los estudiantes tampoco, que, en realidad, la única organización que mostró influencia de masas fue la Marcha Patriótica, con unas cuatro o cinco mil personas, muchas de ellas  del Nordeste Antioqueño, con buena representación de la Juventud Rebelde.

Lo anterior está indicando que la Marcha Patriótica es un movimiento político-social eminentemente campesino, por lo cual la construcción del nuevo PCC y del llamado Frente Amplio en las grandes ciudades, va a ser la tarea fundamental en la nueva etapa del Pos acuerdo.

Obviamente, estamos a la espera de que se acuerde la Reforma Electoral y los mecanismos de participación política, para estudiar las posibles alianzas en las elecciones de senado y cámara, así como las  presidenciales del 2018.

En este sentido, estratégicamente hablando, cobra mucha importancia los diálogos, los acuerdos y el fin del conflicto con el ELN. Este sería  otro aporte muy importante que se le haría a la unidad de la izquierda a través de un Frente Amplio.

La construcción de un nuevo PCC influyente y de un frente de masas en las grandes ciudades, es el eslabón fundamental para asegurar la normatización e implementación de los acuerdos de La Habana y para aspirar al Gobierno y al Poder en el 2018, como garantía para  desarrollar los acuerdos de La Habana, aislar políticamente a la corriente de la ultraderecha militarista, neutralizar un sector vacilante de la burguesía frente al proceso de Paz, y resolver los problemas más acuciantes de las grandes mayorías populares.

En el posacuerdo, todo va a depender de la movilización de masas, de la participación electoral de  masas y,  en definitiva, de la Unidad de la Izquierda y del Bloque histórico y Popular. De tal manera que la tarea inmediata es ganar el plebiscito votando SÍ A LA PAZ.

 

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