Fue una multa de 40 dólares lo que motivó la creación de Netflix. Reed Hastings, hoy CEO del gigante, se había olvidado de devolver una película, Apolo 13, que había alquilado en Blockbuster. Cuando se acordó y fue a devolverla, la excesiva suma que debió pagar por el descuido le dejó la idea de abrir una tienda similar donde no existieran multas.
Así nació Netflix en 1997. A diferencia de Blockbuster, el modelo de negocio de Netflix no estaba basado en que el cliente pagara por el alquiler de una película sino que se pagaba por suscripción. Durante el tiempo que el cliente tuviera activa su suscripción tenía derecho a alquilar cualquier cantidad de cintas. Sin embargo, solo se podía llevar una. Cuando devolviera la primera, recibía la segunda y así sucesivamente. De igual manera, el cliente no tenía que recoger la cinta en ninguna tienda física. Se trataba de un videoclub virtual y todos los envíos se hacían por correo.
Tres años después, cuando Netflix ya era una pequeña empresa en crecimiento, Hastings buscó a John Antioco, CEO de Blockbuster, para proponerle que el gigante comprara a su pequeña compañía por 50 millones de dólares. Antioco y sus asesores no solo rechazaron la propuesta sino que se burlaron. Creyeron que era más rentable que el cliente fuera hasta la tienda para buscar sus películas y jamás imaginaron que en un futuro esa pequeña empresa estaría avaluada en más de 60.000 millones de dólares. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que Blockbuster sintiera el golpe de Netflix. Solamente cuatro años después de aquella propuesta, el gigante se vio obligado a sacar un servicio de alquiler online para contrarrestar a la creciente empresa. El éxito fue nulo.
Alrededor del 2005 Netflix ya era competencia directa de Blockbuster, y a finales de la década de los 2000 la balanza se invirtió en favor de Hastings y su innovadora idea. En 2010 Blockbuster pagó con creces haber rechazado a Netflix. La empresa se declaró en banca rota. En 2012 cerró sus puertas en Bogotá, en donde llegó a tener hasta 15 sedes. Igual sucedió con México, Perú, Venezuela, Argentina, Uruguay y el resto de países en el mundo a donde había llegado. Cada año que pasaba eran más las tiendas de Blockbuster que remataban el inventario y cerraban sus puertas.
El 2019 empezó con solo dos Blockbuster en el mundo. Uno en la lejana Perth, Australia, y otro en un pequeño pueblo del estado de Oregon, Estados Unidos. No obstante, la tienda australiana, operada por un matrimonio que hizo hasta lo imposible por mantenerla viva, anunció que a partir del 8 de marzo pondría en remate todo su material y cerraría sus puertas. Esto convierte a la de Oregon en el único Blockbuster del planeta. Contrario a lo que sucedía en los tiempos cuando éste era un gigante en todo el mundo, la tienda no se mantiene viva por los estrenos sino por los clásicos del cine, aquellas películas tan viejas que no se encuentran en Netflix.
Además, los dueños han notado un aumento en el número de clientes desde que se oficializó el cierre de su gemela australiana. La gente visita esta tienda y compran todo tipo de souvenirs como si fuera un museo. Muy atrás quedaron los tiempos en que salir un viernes por la noche a alquilar una película era plan. La única tienda de Blockbuster en el mundo sobrevive gracias a la nostalgia.