Maluma es un maldito genio. Tenía mil días para decir que se retiraba de los escenarios. Y sin embargo, decidió esperar hasta este 22 de noviembre, día del músico. Su día. Esta acción solo es comparable con morirse el Día de muertos o nacer en Navidad.
Y ustedes —que carecen de su encanto, belleza y talento— lo están celebrando. Y lo hacen porque no entienden el genial gesto del mejor artista que ha dado el Valle de Aburrá, ¡Cuál Valle de Aburrá!, ¡Toda la fokin bolita del mundo y sus alrededores!
Ah, pobres losers, no celebren nada. Porque a Maluma lo tendremos por siempre. Y estaremos felices los cuatro, sí, los cuatro billones de seguidores que tiene Malumita of the world. Y ya pronto viene su película. Duélale a quien le duela.