Son tiempos políticos confusos los del proceso electoral en Venezuela. La certeza es que el 28 de julio habrá comicios presidenciales, la incertidumbre es lo demás. En el tarjetón hay un candidato del oficialismo, el presidente que repite por tercera vez, Nicolás Maduro Frías, y dos casillas de la oposición con los nombres de Manuel Rosales Guerrero y Edmundo González Urrutia. Por fuera está la líder incuestionada que arrasó en las primarias, María Coria Machado.
La figura de Manuel Rosales es omnipresente en la oposición de Venezuela. Desde el petrolero estado de Zulia, donde ha sido dos veces gobernador, ha manejado el tinglado de la política con altibajos en los que ha llegado a la cima enfrentando a Hugo Chávez en 2006, y caídas que le han llevado al exilio y la prisión de El Helicoide. Contra Chávez en la cúspide de su popularidad sacó 4,2 millones de votos, tres millones menos que el fundador de la República Bolivariana de Venezuela. Irónicamente, Chávez se refería a él como “el filósofo del Zulia”, aludiendo a sus equivocaciones en los discursos. Pero su nombre es una institución en ese estado, el más poblado del país.
Exiliado en el Perú desde 2009 por acusaciones de corrupción, Rosales regresó después de seis años y tan pronto llegó fue encarcelado un año y medio en El Helicoide, la prisión política por excelencia en Caracas. Al salir, Venezuela era un hervidero alimentado por la crisis económica y las protestas callejeras de las que se distanció con los ojos puestos en tender puentes con el Palacio de Miraflores. Maduro, en lo más crítico de su situación dentro y fuera del país, encontró un político en quien buscar una mano.
En las elecciones del 2021 volvió a la gobernación de Zulia cuando la oposición terminó el boicot electoral de dos años, y le ganó al oficialista Omar Prieto que aspiraba a la reelección. Desde ese fortín político se ha esmerado en mantener una línea moderada. Nacido en Maracaibo- la capital del estado- a sus 71 años es el presidente de Un Nuevo Tiempo (UNT), partido de centroizquierda que fundó en 1999 con políticos zulianos provenientes de Acción Democrática.
Rosales ha evadido responder cómo el Consejo Nacional Electoral aceptó sin problemas su postulación a nombre de UNT faltando segundos para que se cumpliera el cierre del plazo, mientras que negó, sin dar explicaciones, el acceso a Corina Yoris, la candidata sustituta de María Corina Machado, al sistema de inscripción.
Rosales es parte de la coalición opositora, pero dentro de ella es lo más vinculado al chavismo y en el imaginario popular es muy rechazado porque lo considera un “traidor”. Tal es así, que este Domingo de Resurrección, en la tradicional Quema de Judas de los traidores venezolanos, vecinos de Caracas quemaron un monigote para protestar contra la postulación de Rosales.
A los señalamientos el candidato de Un Nuevo Tiempo ha respondido negando haber traicionado a Machado e insiste en que asumió la candidatura para salvar a la oposición del vacío abstencionista. “Si María Corina puede presentarse yo le entrego mi candidatura”, le dijo a El País el 2 de abril.
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El candidato comodín
Hasta ahora María Corina no ha podido presentarse. Inhabilitada por la Contraloría, cuando parecía un hecho irreversible, la candidata jugó su carta y nombró candidata sustituta a la filósofa y miembro de la Academia de la Lengua de 80 años Corina Yoris, quien nunca ha ocupado cargo público alguno. El CNE bloqueó la inscripción.
Finalmente, la inscripción de un segundo candidato se pudo llevar a cabo después que el CNE aceptase una prórroga de 12 horas en el proceso. La oposición llevó al exdiplomático Edmundo González Urrutia para preservar la tarjeta de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) –coalición liderada por Machado– con miras a una eventual sustitución para las presidenciales del 28 de julio. En Venezuela se llama candidato “tapa” o “cuida puesto” para tener un margen de maniobra de acuerdo con el cronograma electoral. De hecho, hasta 20 de abril hay plazo para sustituir el nombre y rostro de Edmundo González en la máquina de votación.
María Corina y los partidos que conforman la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) –con excepción de Un Nuevo Tiempo (UNT) que postuló a Manuel Rosales por fuera de la unidad– han ratificado que la candidata es Corina Yoris y seguirán presionando para que se admita su postulación si no se logra resolver el tema de la inhabilitación de Machado.
Pero las aguas de la política se han revuelto aún más. Machado ha alertado que corre el riesgo de ser detenida de manera "injustificada" en momentos en que el Parlamento, de mayoría oficialista, discute una ley "contra el fascismo" que apunta a la oposición. De puño y letra de Nicolás Maduro fue presentada por la vicepresidenta Delcy Rodríguez y su justificación está en los hechos que derivaron de las protestas masivas de 2014 y 2017, y por el eslogan “Hasta el final” de la líder opositora, que Maduro comparó con el nazismo. Una señal de hacia donde se dirige.
La líder de la oposición está buscando apoyo internacional. Por dos vías. Convocando a través de una carta a 18 países y la Unión Europea que como bloque participaron en una conferencia sobre Venezuela en Bogotá, el 25 de abril pasado, enfocada en el alivio de sanciones a cambio de condiciones electorales. Y a través de una protesta mundial el sábado 6 de abril. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha calificado como un “golpe antidemocrático”, el manejo de las inscripciones haciendo a un lado su estrecha alianza con Maduro, y el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva se ha pronunciado sobre una inhabilidad “sin dar explicación alguna”.
Otro punto crítico queda en el camino. Tal como dijo en su programa Con el mazo dando Diosdado Cabello, se asegura que solo se permitirán sustituciones por alguno de los candidatos previamente admitidos (una docena sin relevancia alguna). Sobre la mesa queda entonces el nombre de Edmundo González Urrutia. Es un internacionalista, analista político y exembajador de Venezuela en Argentina (1992-1999) y Argelia. Junto con José Luis Cartaya, Ramón José Medina, Luis Aparicio y Oscar Barreto, integró la directiva nacional de la Mesa de la Unidad Democrática y actualmente es el presidente de esta coalición como partido político (con tarjeta ante el CNE), según informó la Plataforma Unitaria Democrática.
El candidato “comodín” de María Corina aguarda entre el marasmo de los acontecimientos. Porque en este punto y hora, lo que los analistas perciben es un largo y azaroso camino por recorrer en las elecciones de Venezuela.
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