Cada dos años Riosucio Caldas se rinde ante la figura del diablo. El Carnaval, que data desde 1915, honra al diablo como símbolo de rebeldía. Luzbel fue el único ángel que se rebeló ante la tiranía de un Dios inmutable, perfecto, aburrido. El castigo fue el destierro. A partir de allí cualquier acto de rebeldía es considerado un acto artístico.
En Wikipedia queda claro cual es el sentido de adorar a ese diablo de Riosucio: "No es un Diablo religioso, ni tampoco es una fiesta anticristiana. El Carnaval no toca la religiosidad de los hombres. Es un estado anímico heredado de la tradición cultural aborigen y de la mezcla de culturas y razas que vivió la parte occidental de lo que hoy se llama Caldas. El Diablo es un espíritu inspirador de muchas cosas como: la preparación de los oídos para la música y el cuerpo para la danza. Es quién inspira a los escritores y poetas para fabricar los versos y canciones. Es un espíritu bueno de la tradición, custodio simbólico de la fiesta. El Carnaval de Riosucio es la demostración de la cultura de un pueblo, que se formó con la integración indígena, la negra africana y la blanca europea, cultura muy especial que ha tenido representantes en todos los géneros de la creación artística y espiritual. El Carnaval de Riosucio tiene lugar cada dos años alrededor del seis de enero y se halla estructurado como un extenso poema dramático escrito de manera colectiva por los “matachines” o carnavaleros de más honda mística y capacidad literaria."
Sin embargo es tanto el provincialismo, la ignorancia, que ayer hubo un escándalo en Medellín porque, en la apertura de los famosos alumbrados navideños, apareció la figura del diablo del carnaval de Riosucio. Desde ya consideran satánico al alcalde Quintero por haber incorporado la figura en los alumbrados. La idea de los alumbrados es darle vida a diferentes símbolos de carnavales en todo el país. En redes se formó un verdadero pandemonium que fue ampliamente criticado por antropólogos y gente que conoce la importancia del diablo de Riosucio:
Tocó venir a hablar del diablo del Carnaval de Riosucio, porque ante tanta ignorancia sin pena... Claro que nosotros, como riosuceños, lo queremos, y que este año nos hará tremenda falta, que llevamos tristes este 2020 porque el próximo enero no vendrá a saludarnos.
— Mónica (@CamilaAvril) November 18, 2020
Me gusta el rey momo y el diablo de riosucio, no soy religiosa pero como antropóloga admiro los mitos, leyendas y rituales propios de todas las culturas.
Justo por ello entiendo el malestar de la gente camandulera de Medellín ante los alumbrados que evocan carnavales paganos.— Pao 😳 (@cacheticolorada) November 18, 2020
Se confrima hasta la saciedad que nuestra "raza paisa" es camandulera, pacata, doble moral e incongruente. Piden a gritos que quiten del alumbrado navideño el diablo de Riosucio y mejor pongan a Santa, el árbol y demás símbolos navideños "autóctonos".
— Mauricio Zapata (@Mauroabogado74) November 17, 2020
Le despertaron la furia, no conocen al Diablo de Riosucio. No se les va a volver a parar.
— Robert (@Robertoenemigo) November 18, 2020