Triste, por no decir que casi nula para el primer trimestre de 2018 la expectativa de empleo en Colombia, según lo acaba de publicar la firma cazatalentos ManpowerGroup, en su encuesta trimestral a quienes toca: a 750 empresarios colombianos, que se constituyen en la muestra del estudio. Según esto, habrá el mismo 9 % de expectativa de empleo del primer trimestre de 2017, con mínimas esperanzas de que aumente, como sí sucedería en países desarrollados.
¿Y todo lo anterior por qué? Primero, por la fallida dizque “reforma tributaria estructural” que nos ajustó más impuestos, entre esos un agalludo IVA del 19 %; segundo, por la incertidumbre que generan las elecciones presidenciales que se avecinan. Este par de no pequeñas razones se traducen, según Juan David Tous –gerente de Comunicaciones de la firma-, en una sola palabra: desconfianza. Sí señores, la desconfianza que en los generadores de empleo formal produce todo este arroz con mango económico y político nacional.
Mirémoslo por sectores destacados. En el sector de comercio minorista y mayorista la expectativa es cero, pero si se mira en bruto (la resta del porcentaje de quienes quieren contratar, menos el de quienes no lo harán), ¡es menos tres! La mejor situación la presenta la construcción, con un 18 %, pese a la ley de garantías que no impide ejecutar lo que ya está contratado. Le sigue la minería y la abstracción, luego vienen los servicios, donde se destaca el subsector de hoteles y restaurantes que tienen un digno 13 %. Y mejor ni hablemos del empleo en salud pública y educación.
En el sector de comercio minorista y mayorista la expectativa es cero
pero si se mira en bruto (el porcentaje de quienes quieren contratar
menos el de quienes no lo harán), ¡es menos tres!
Hay de todas maneras cosas destacables. En cuanto a ciudades, Bucaramanga lidera de manera importante la generación de empleo por su comercio, por la industria marroquinera, la construcción, la academia y las exportaciones. “Los santandereanos son buenos en el manejo de la economía”, dice nuestra fuente. Bueno, se les podría decir a quienes quieren encontrar oportunidades laborales, que la mejor opción para moverse de ciudad es la tierra de las hormigas culonas… ¡Dííííígame!
En cuanto a Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, donde se concentran los mercados laborales más activos, muestran mayormente disminuciones tanto trimestre a trimestre como año a año, exceptuando a Bogotá, que entre el fin de 2017 y el inicio de 2018 aumenta un punto porcentual en su expectativa neta de empleo, asegura esta encuesta. Mejor dicho, nada. Complejo para estas capitales que se quedan prácticamente quietas.
Hay varios puntos importantes. Uno de ellos es que el 74 % de los 750 empresarios piensa tener a su personal estable. En filosofía colombiana eso quiere decir que “se hace el esfuerzo”, porque los empleadores nuestros no tienden a descabezar; no todos son mezquinos. Otro punto importante es que los microempresarios (menos de 10 empleados) están en cero en intención de contratar, lo que no quiere decir que no va a haber trabajo. Quiere decir que el empleo formal se afecta, pero el informal florece (el rebusque), hasta con contratos de palabra a través –entre otros- de los negocios más populares en Colombia, según Servinformación: Tiendas, peluquerías y restaurantes de corrientazo. Aunque el Gobierno diga que la informalidad en este país es del 40 %, las calles y su cotidianidad nos muestran que la realidad es muy superior.
Podríamos concluir que el año entrante, laboralmente, estaremos en modo “esperemos a ver”.
¡Hasta el próximo miércoles!
Publicada originalmente el 13 de diciembre d 2017