Jonathan Herrera Marín era músico. Tocaba la guitarra en una banda de mariachis de su propiedad. Su grupo era bien conocido y en varias oportunidades había sido contratado por el Canal Caracol para acompañar a participantes y artistas en los programas musicales Yo me llamo y La voz. A media noche del pasado miércoles Jonathan fue asesinado en el sur de Bogotá.
Días antes del crimen el guitarrista fue buscado telefónicamente por un hombre que, supuestamente, pretendía contratar sus servicios profesionales. Al parecer la negociación era una trampa mortal. Así lo afirman testigos y es también una de las hipótesis más fuertes que manejan los investigadores judiciales.
La cita se pactó para las 11:30 de la noche en el barrio Marruecos, sector levantado en la parte media de una de las laderas del sur oriente de Bogotá. Jonathan Herrera llegó cumplido al lugar en su camioneta y acompañado por los demás integrantes del grupo musical. Estacionó en el lugar indicado, en la esquina de la diagonal 48X sur con transversal 5Q, y esperó a que apareciera el supuesto enamorado que le llevaría serenata a su amada.
Minutos después un hombre se acerca al vehículo. Jonathan baja la ventana y el desconocido le pregunta sí él era el músico contratado para dar una serenata en aquel lugar y al recibir la respuesta positiva por parte del guitarrista confirma la información que al parecer necesita para desenfundar el arma de fuego.
Jonathan Herrera, sin percatarse aún del peligro, abre la puerta del carro creyendo inocentemente que aquel sujeto era su cliente. Antes de poner el pie en el piso de cemento el extraño, en cuestión de segundos, le dispara una bala en el costado izquierdo con un revólver calibre 38.
Mientras el sicario huyó corriendo de la escena, al interior de la camioneta todo fueron gritos, confusión y miedo. En el mismo vehículo Jonathan fue llevado por sus amigos al hospital Santa Clara, en el centro de la ciudad, a donde ingresó pasada la media noche. El parte médico no fue alentador. El joven de 33 años había perdido bastante sangre y el proyectil había perforado órganos vitales.
A la madrugada del jueves uno de los médicos de urgencias del centro hospitalario dio la fatal notica: Jonathan Hererra Marín no resistió aquel balazo. El guitarrista murió a las tres de la mañana del jueves.
Al parecer, según versiones judiciales, la relación amorosa que Jonathan sostenía con una bella mujer fue la causante de que un hombre celoso o indignado o tal vez humillado le tendiera la peor de las trampas y le pactara una cita con la muerte.
