Un día después de que el ejército ruso entrara a invadir Ucrania, Zeleneski, el presidente de ese país, afirmó que lo habían dejado solo.
La OTAN, que le coqueteaba desde hace diez años para que haga parte de esa alianza, lo abandonaba a su suerte temerosos de enfrentarse directamente a Vladímir Putin, que no duda en pasar de las palabras a los hechos.
La cobarde reacción de Occidente fue enviar masivamente armas a Ucrania para que los inexpertos ciudadanos se enfrenten a los soldados profesionales del invasor, sin importarles la carnicería que se está produciendo entre civiles ucranianos que apenas ayer sabían utilizar un arma. Ucrania es otro de los países que las potencias incendian para proteger sus intereses, llevan ocho años de guerra y todo indica que serán muchos más. No les basta con haber acabado la tranquilidad en casi todo el Oriente Medio. De qué valieron las invasiones para "liberar" Irak, Libia, Afganistán, Siria ¿es que acaso hoy son remansos de paz y progreso?
Inflan los sentimientos patrióticos de los ucranianos para que estos hagan lo que Occidente no se atreve a hacer: enfrentarse a su enemigo directamente.
¿Que es patria? ¿Cambiaría el día a día de un ciudadano ucraniano si en lugar de ser un Estado independiente formara parte de Rusia? Para nada, las élites rusas y ucranianas son igual de corruptas. Hay que entender que la política es como un juego de ajedrez donde el ciudadano es el peón que se mueve, trabaja y hasta sacrifica su vida por mantener los intereses del rey.
La patria es un concepto primitivo: nuestros antepasados nómadas se agrupaban en manadas para defenderse de los depredadores. Los conflictos surgieron cuando dos manadas coinciden en un mismo terreno y pelean entre ellas por los recursos que ahí se encuentran, así nace el sentido de pertenencia a un grupo, una familia, una patria.
Pero el ser humano evolucionó y se volvió sedentario, ahí el enfrentamiento deja de ser útil para las personas del común, mas no para los jefes que envidian los recursos o las patrias apenas y usan a sus subordinados para obtenerlas. Las guerras las pelean y sufren los que menos beneficiados salen con la victoria o derrota de su bando. Putin puede consolidarse en Ucrania, pero los rusos no van a mejorar su calidad de vida por esa victoria.
La patria, la manada, era necesaria cuando no éramos el eslabón más fuerte de la cadena alimenticia. Hoy no tenemos depredadores de otras especies, es casi que imposible que otra patria quiera desplazarnos de nuestros recursos y territorios.
Para nuestros antepasados nómadas la guerra era una consecuencia natural ineludible de su forma de vida. Hoy ocurre todo lo contrario: la guerra obliga al ser humano a ser nómada y refugiarse en otros países. Los mismos líderes que promueven la guerra luego se quejan de las oleadas de inmigrantes que llegan a sus naciones provenientes de países destruidos por las guerras que ellos iniciaron.
Si el ser humano fuera consciente de la inutilidad del concepto patria se negaría a pelear guerras ajenas, deberíamos aprender de las manadas de leones son los jefes melenudos los que pelean directamente cuando son retados por otros jefes; las hembras de la manada; mientras tanto, observan tranquilamente la batalla sin tomar partido por ninguno, acogiendo como líder al vendedor de la tal lucha.