Tenía 23 años de edad cuando se casó en 1978 con Luis Carlos Gómez Muñoz en Cali. En ese entonces, su esposo era profesional en asesorías tributarias con oficinas en esa ciudad y después del matrimonio, se trasladaron a Bogotá.
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De inmediato, se instalaron en la esquina de la Calle Séptima, entre las Carreras Séptima y Décima, a pocos metros de la Casa de Nariño. En ese sitio, había más de 300 personas dedicadas a realizar trámites.
Carmen Pinilla empezó aprender ortografía, mecanografía y asesoría tributaria con su esposo Luis Gómez para ayudarlo en su trabajo. Al comienzo, había mandados, sacaba certificados y después de un año, elaboraba documentos en la máquina de escribir, cometía muchos errores ortográficos y le devolvían los trabajos. Su primer trámite fue una declaración de renta que en esa época costaba 20 centavos.
Durante 20 años, trabajó Carmen Pinilla en ese lugar desde las 7 de la mañana hasta las 9 de la noche ayudando a los ciudadanos a realizar diferentes trámites. Sin embargo, en 1998 vendieron el predio donde ella se ubicaba y le tocó migrar hacia el Centro Administrativo Distrital (CAD) de la Carrera 30 entre calles 26 y 34.
En ese nuevo sitio ya cumplió 46 años laborando en el rebusque y la informalidad sobre una pequeña mesa de madera con una máquina de escribir antigua y un parasol desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde.
La declaración de renta es el documento que más frecuentemente elabora y cobra entre 80 mil y 120 mil pesos. En un día bueno, puede hacer hasta cinco declaraciones, pero hay otros en los que hace una o nada, se va sin un centavo en el bolsillo.
A la tramitadora, Internet le dañó el negocio porque son muy pocas las personas que la buscan para algún trámite. Entre 1999 y 2000 perdió el 70 % de la clientela por culpa de la red y muchos formularios de impuestos ya la Dian los envía a las casas de los contribuyentes al igual que las declaraciones sugeridas. Actualmente, la única temporada que hay para realizar trámites y ganar algo de dinero es del 9 de agosto al 18 de octubre, época de las declaraciones de renta.
El resto es solo elaborar cartas y uno que otro formulario de vez en cuando dice Carmen Pinilla, quien a sus 70 años de edad se resiste a dejar su lugar de trabajo en la NQS frente al Centro Administrativo Distrital porque la casa que construyó con el esfuerzo de su trabajo a punta de crédito en el barrio el Pesebre en la localidad de Rafael Uribe Uribe, la perdió en el 2008. Hoy, vive sola y paga arriendo en una pieza en el barrio Santa Fe en el centro de Bogotá donde paga 400 mil pesos al mes.
