Después de Master of Puppets todo cambió. Arrancó el imperio del Metal y Metallica era el Inmortal Joe. Toda la gasolina se acumulaba en los solos de Cliff Burton. Orion fue la visión galáctica de un futurista. Orion es una obra de ciencia ficción tan importante como Solaris. Era 1986 y Master Of Puppets vendió seis millones de discos. Los Beatles eran una ruina romana. Sólo había un Dios. Cliff Burton fue uno de los creadores del monstruo.
Cliff Burton tenía 24 años. Como Dalí vio como su hermano mayor moría a los seis años de un aneurisma. Lo único que lo consolaba era el piano. Oído absoluto. En seis meses aprendió a tocar el bajo. A los 20 era el mejor. A los 20 tocaba con un grupo llamado Trauma en la sucia tarima del Whisky A Go Go cuando Helfield y Ulrich lo vieron tocar. Cuatro años después eran venerados.
El 26 de septiembre de 1986 Metallica recorría Suecia con la potencia de un ejército de vikingos. Vivían en un bus. Esa noche Cliff Burton y Kirk Hammet jugaban cartas. Apostaron la litera del guitarrista, era mucho más cómoda, se dormía mejor. Burton ganó. En la mañana del 27 de septiembre, a las 7 de la mañana, un temblor despertó a los miembros de Metallíca. El bus se salió del camino y se volteó. James Helfield, vocalista y líder, fue el primero en darse cuenta de la tragedia: Burton, por dormir en la litera de arriba, se había salido por la ventana y el bus le había caído encima. Su primera reacción fue golpear al chofer del vehículo. Ullrich creyó que el bajista respiraba. Una grúa se detuvo en el camino. Mientras levantaban el bus la ganzúa de la grúa resbaló y el bus volvió a caer sobre el cuerpo magullado de Burton. Nunca se supo si murió en el primero o en el segundo golpe.
El chofer alegó que una placa de hielo derritiéndose en la carretera los sacó del camino. Helfield corrió dos kilómetros en calzoncillos para corroborar la versión del conductor. Dicen que el chofer tenía aliento a trago. Que se quedó dormido, que Burton se disolvía en Orion por el microsueño de un alcohólico.
Treinta y cuatro años después Metallica está tan vigente que será el show central del Super Bowl. Robert Trujillo sabe conservar como nadie el legado. Y acá miren con la potencia con la que toca Orion en Milan 2018.