Carlo Ancelotti anunció este miércoles 12 de mayo que James Rodríguez está obligado a perderse un partido más. El nuevo viacrucis del colombiano empezó el 1 de mayo. Ese día, en el entrenamiento previo al partido del Everton contra el Aston Villa, el futbolista sintió una molestia de nuevo en su gemelo y, desde entonces, ya se ha perdido tres partidos. Otra vez el estado físico volvió a traicionar al gran James. Otra vez el misterio volvía a rodear su lesión.
James lleva 6 goles y 11 asistencias en la Premiere, nada mal para un volante. Sin embargo su rendimiento se ha resentido por las lesiones. Lo grave es que, en vez de mejorar, el colombiano simplemente está degradándose. Los médicos dicen que el crack necesita por lo menos un reposo de un año si quiere rehabilitarse. Este tipo de lesión, la del sóleo, necesita descanso. Es esto o acabar para siempre con su carrera.
La devaluada que se ha metido es preocupante. Ya nada queda de un joven que deslumbró al mundo en Brasil del 2014 y que fue goleador de un mundial a los 22 años. Ahora espera rehabilitarse e intentar, al menos, jugar con regularidad. Rueda debe empezar a tachar de su lista a James. Hay que buscar otras alternativas para la doble fecha de Eliminatoria contra Perú y Argentina. James, a los 29 años, sigue teniendo todo el talento, el problema es que ya no lo acompaña su fuerza y resistencia física. Está roto. Para él debe ser muy frustrante saber que los mejores tiempos ya pasaron hace rato. Preocupa, y mucho, el futuro inmediato de James, así como también el de Mina, el de Falcao. ¿Qué va a pasar con nuestros cracks?