Al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva le fue autorizado dejar la cárcel de Curitiba para viajar a Sao Paulo a atender el funeral de su nieto Arthur Araujo Lula da Silva. Viajó el sábado escoltado por la Policía Federal, al Cementerio Jardim da Colina, en San Bernardo do Campo (municipio que forma parte del Gran Sao Paulo). Allí sería velado y cremado el pequeño quien perdió la batalla contra una bacteria que le generó una meningitis meningocócica (infección bacteriana grave de membranas que rodean el cerebro y la médula espinal).
Trescientos agentes fueron desplazados para la resguardar el cementerio mientras las honras fúnebres. Lula permaneció casi dos horas con amigos y familiares, los únicos autorizados a entrar en la capilla donde fue cremado el pequeño, el mismo lugar donde Lula acompañó en la misma ceremonia, la partida de se esposa Marisa Leticia hace casi dos años. En 2017.
El traslado se dio en un helicóptero de la Policía Federal que lo llevó hasta el aeropuerto de Congonhas, de donde regresó a la sede de la PF en Curitiba donde cumple condena por corrupción y lavado de dinero (segunda instancia del caso Lava Jato), a bordo de un avión cedido por el gobierno de Paraná. Lula da Silva enfrenta un segundo caso de corrupción.