Era el dermatólogo de figuras de la talla de Madonna, Kelly Ripa y una centena de mujeres igualmente ricas que viajaban desde todas partes del mundo con tal de acudir a sus servicios. Era también pionero en el uso del botox, no solo para sus pacientes sino para él mismo. Con 65 años y 2 décadas aplicándose la toxina butolínica su rostro no se veía como el de cualquier persona a su edad, sin embargo quienes le conocieron lo describen como un hombre muy caballeroso. En todo caso era el mayor consumidor de botox en el mundo, tenía fama de ser el profesional más creativo de su sector y el pasado fin de semana Fredric Brandt fue encontrado colgando de una soga amarilla, con una toalla alrededor del cuello en su residencia de Miami. Aunque todavía no se ha realizado la autopsia, la escena hablaba por sí sola. “La muerte no es sospechosa” dijo una oficial de la policía a la prensa.
Hay quienes dicen que el haber sido ridiculizado en la serie Unbreakeable Kimmy Schmidt fue un detonante para que tomara la fatídica decisión. En efecto, el seriado cuenta con un personaje que es una parodia de Brandt, el Doctor Franff, interpretado por el actor Martin Short. Varias personas cercanas al médico coinciden en que se sentía irrespetado por su parodia en el show, así como también en el hecho de que sufría una severa depresión. “El programa lo lastimó mucho, se estaban burlando de él debido a su apariencia. Era cruel, e intimidatorio. Pero esa no ha sido la razón para que él se quitara la vida, pero tampoco ayudó mucho. Estaba sufriendo una depresión, y es muy triste porque era querido por muchas personas” dijo su publicista, Jacquie Tractenberg.
Al respecto, la producción del programa no se ha pronunciado y han manifestado intenciones de guardar silencio ante las preguntas de los periodistas. En todo caso el parecido físico entre Brandt y el personaje del Doctor Franff no es casualidad. Previamente una portavoz del dermatólogo ya había hecho pública la inconformidad del médico. Sus pacientes dicen que si bien es cierto que podía ser excéntrico nada tenía que ver con el personaje retratado en el show.
Aquí con el diseñador Marc Jacobs, uno mas de sus pacientes.
Su última entrevista fue justo antes de navidad. En aquella ocasión estaba atendiendo a varios pacientes en simultánea en su consultorio de Nueva York. Brincaba de uno a otro, ubicados todos en un pasillo y se tardaba cerca de diez minutos aplicando botox a cada uno. Cuentan quienes fueron inyectados por él, que sabía el punto exacto en dónde poner la inyección para que la piel se inflara de forma precisa sin que el paciente perdiera movilidad en ningún músculo, y luego les brindaba un pequeño pomo de algodón para limpiar cualquier gota de sangre. Al ser interrogado sobre qué cirugías se había hecho, negaba rotundamente cualquier estiramiento facial y presumía de no tener cicatriz alguna en la parte posterior de las orejas para corroborar sus palabras. Sin embargo aceptaba estar aplicándose botox desde mediados de los años noventa. Se aplicaba relleno en las mejillas, alrededor de los ojos y en la zona de la barbilla no solo para probar lo que le aplicaba a sus pacientes sino porque quería mantenerse conservado. También tenía una línea cosmética de productos, contaba con su propio laboratorio y en los pasados meses acababa de lanzar una crema anti arrugas que prometía reducir tanto las patas de gallo como las arrugas en la frente. Durante cuatro años tuvo su propio programa de radio Ask Doctor Brandt y entre sus planes a futuro se encontraba un programa de televisión.
