El rostro de los muertos se va perdiendo detrás de las cifras. La COVID-19 ya ha cobrado la vida de casi 500 personas, pero en Santa Marta ese número parece insignificante para un hombre que en menos de un mes perdió a su mamá, a su papá, a un hermano y a un tío.
Pero el drama no para ahí. Su hermana y una sobrina también están contagiados con el virus, y los fallecidos en su familia podrían aumentar.
Todo comenzó hace dos semanas, cuando su papá, de 90 años. Ingresó a la clínica con tos y diarrea, pero nada pudieron hacer. Le siguió su mamá, luego su hermano y su tío. Todos fueron entrando al hospital, pero ninguno pudo ganarle la batalla al virus. Impotente, recibió las llamadas con la trágica noticia.
"Fue una impotencia muy grande. Al principio nadie sabía lo que pasaba. Mis padres tenían tos y diarrea, luego nos enteramos de que se agravaron y murieron rápidamente", le contó a El Tiempo.
Todos vivían en la misma casa, donde todavía ronda el miedo de la muerte. Sus otros dos familiares no quieren ir al hospital por miedo a no volver. Mientras tanto, los contagios continúan en Santa Marta, y las personas lloran en silencio a sus familiares doblegados por el coronavirus.