Arnold de Jesús Ricardo falleció el pasado 16 de marzo después de ingresar a la cuidados intensivos en la Clínica del Mar de Cartagena tres días antes por una pulmonía severa que venía sufriendo. No resistió el embate de la enfermedad, pero su muerte no fue relacionada con el coronavirus sino hasta el 22 de marzo, cuando el Ministerio de Salud confirmó que Arnold de Jesús, quien era taxsita, sí se había contagiado después de transportar a dos turistas italianos.
Su muerte golpeó directamente a su hermana Liliana, con quien vivía y la persona que se dedicó a cuidarlo en sus últimos días. Liliana, de 54 años, le contó al periódico El Universal el drama que ha vivido desde que su hermano falleció y se confirmó que ella también tenía coronavirus.
Aunque su periodo de cuarentena terminó el pasado 29 de marzo, Liliana no piensa salir de su casa hasta que no se controle la pandemia, algo que puede tardarse meses. La incertidumbre de seguir enferma, de contagiar a alguien la ha llevado a encerrarse en su hogar en el barrio Los Alpes de La Heroica.
Apenas si sale para sacar la basura, en medio de la noche, cuando nadie la en la calle. Es el único momento que tiene, pues el aislamiento tiene que ser estricto. Aunque le siguen haciendo monitoreo, no tiene contacto con ninguna persona.
La fiebre y el dolor de cuerpo la alertaron sobre su estado de salud. Hoy está mucho mejor y apenas si tiene tos, pero todavía no está segura de haber superado la enfermedad.
Su principal sustento era el trabajo de su hermano como taxista. Aunque ella ha hecho varios cursos de maquillaje y cocina en el Sena, hoy no puede trabajar y el aislamiento obligatorio decretado en todo el país mengua aún más sus posibilidades de conseguir un trabajo.
Sin embargo, ha logrado llevar los días con el respaldo de algunos familiares y amigos, que le regalan mercado y se mantienen al tanto de su situación. La comida la prepara ella, todos los días hace un aseo profundo a su casa y se lava las manos casi que de manera compulsiva.
Mientras tanto, sigue esperando que le hagan nuevas pruebas para saber con certeza si sigue teniendo coronavirus. La primera se la hicieron hace una semana, pero como le contó a El Universal, su resultado se demoró después de que el Instituto Nacional de Salud confirmara que la máquina con la que procesaban los resultados se había dañado. Aunque ya está arreglada, su resultado podría llegarle solo hasta finales de esta semana.
Liliana ha dicho en otras ocasiones que su hermano se hubiese podido salvar si hubieran hecho más cuando comenzó a enfermarse. No pudo despedirse de él, una de las cosas que más le duele. Sin embargo, no quiere encerrarse en los lamentos, ahora está buscando ayuda para saber qué puede hacer cuando todo esto termine.
“Sí me gustaría que me ayudaran cuando todo esto acabe, ojalá que yo pudiera conseguir un trabajo porque prácticamente Arnold era quien me mantenía".