La culpa no cae en Vicente del Bosque y su tozudez de incluir en el onceno titular a jugadores como Pedro que venía en un importante bajón anímico, a Busquets que tiene la rodilla izquierda inflamada o a Xavi Hernández que, horas antes al desastroso debut contra Holanda, firmaba un millonario contrato con un club catarí que lo convertía, casi que inmediatamente, en un ex jugador. Las miradas no se pusieron sobre Jorge Méndez, el empresario portugués dueño de los derechos deportivos de Diego Costa, quien en su afán por venderlo al Chelsea por una jugosa suma, presionó a la federación española para que lo incluyera en la lista definitiva que viajaría al mundial a pesar de que España se impuso con autoridad en Suráfrica y sobre todo en la Eurocopa del 2012 sin un nueve de área. La abrupta inclusión del ariete colchonero produjo un rompimiento interno en el equipo ya que Cesc Fabregas, uno de los íconos de la selección, sería banqueado para darle cabida en el onceno titular al brasileño.
Joseph Pedrerol, uno de los periodistas deportivos españoles más influyentes, señaló, pocos minutos después de que viéramos en la pantalla del televisor el rostro pálido del portero en el Maracaná, que Iker Casillas “Había dado pena en el mundial” Mientras que Diego Maradona dijo que su actuación contra los de Van Gaal le había dado la razón, tardíamente, a José Mourinho y su decisión de apartarlo del arco merengue, opiniones refrendadas por los dos errores en su debut contra Holanda y el mal rebote que dio ayer sirviéndole en bandeja de plata el segundo gol chileno a Charles Aranguiz. Esas dos actuaciones sumados a los meses que vio desde la banca los partidos del Real Madrid, ese club que no gana un título desde 1998 sin que él vigile celosamente su portería, transformaron a “El Caimán de Kaduna” en un paria.
Hace 18 meses era San Iker, el referente de una generación dorada que había acostumbrado a la siempre perdedora España a ganarlo todo. El panorama cambió abruptamente cuando en un partido contra el Málaga, en diciembre del 2012, Casillas se lesionó su mano derecha. Entonces estalló el escándalo y se hicieron visibles las fisuras que agrietaban el camerino merengue desde que seis meses antes el de Mostolés había llegado, después de alzar su segunda Eurocopa, con ganas de disputarle el camerino a José Mourinho.
Para el portugués la lesión del portero le vino como anillo al dedo ya que le daba la excusa que estaba buscando para sentar en el banquillo de los suplentes al ídolo local. En su lugar puso a Diego López quien lo hizo de una manera irreprochable. Sin embargo los aficionados del Real Madrid no podían creer que a pesar de que Iker ya se hubiera recuperado de su lesión, aún siguiera de suplente todo ese semestre.
Casillas, aliado con Sergio Ramos, se encargó de crear un mal ambiente dentro del grupo y de sabotear el proyecto del autodenominado “Special One”. Se dice que el golero se presentó ante Florentino Pérez y le hizo una propuesta que el dirigente no podía rechazar “O él o yo” y bueno, al presidente del club no le quedó de otra que decantarse por el hombre que le había dado, desde la abrupta lesión de César horas antes de la final europea del 2002 cuando contra el Leverkusen tapó todo, dos Champions y seis títulos locales.
Se esperaba que con la llegada de Carlo Ancelloti recuperaría su titularidad, pero le costó casi seis meses de dura competencia contra Diego, meses que el golero empleó para generar un mal ambiente en el equipo con sus comentarios en twitter, su pelea con Árbeloa, su silencio ante la lesión de Jesse y la fama que iba adquiriendo de filtrador de noticias en el vestuario merengue. Una parte de la plantilla lo acusó de contarle toda la intimidad del Real Madrid a su pareja, la periodista Sara Carbonero.
Ese clima de tensión, sin embargo, no impidió que Iker volviera a ser titular en la Champions League, el torneo en donde se siente más cómodo, en donde vuelve a ser el mismo. Antes de la final contra el Atlético, los números lo respaldaban: En la competición había realizado 44 paradas y recibido apenas 8 goles en 13 encuentros. Pero en el partido decisivo en Lisboa los fantasmas volvieron a aparecer. Corría el minuto 35 del primer tiempo, Gabi levanta un córner, Varane rechaza, hay un rebote, la pelota queda flotando en el aire, Iker duda, Godín cabecea, baña al portero merengue y es gol del Atlético. Desde el palco, Casillas podía sentir el peso de la mirada de Florentino Pérez. Afortunadamente el árbitro iba a pitar sólo hasta que el Real convirtiera el empate y apareció la cabeza de su amigo Sergio Ramos en el último minuto para darle la felicidad más grande en dos años de sufrimiento.
“El mundial es lo menos importante. El objetivo grande esta temporada es ganar la décima” Había dicho Iker horas antes del juego ante el Atlético, declaraciones que hoy, después del maracanazo contra Chile, los españoles no paran de reprocharle. Le acusan de falta de compromiso, de haberse atragantado de triunfos, le dicen una y otra vez que ya no es el mismo.
Los que están cerca al jugador dicen que ha perdido motivación, que lo más importante para el guardameta de 33 años es estar en su casa, al lado de Sara y de su hijo recién nacido, viendo todas esas películas de ciencia ficción que tanto le gustan y dejarse llevar por la felicidad que le generan las canciones de Amaral o El Canto del loco, sus grupos favoritos.
Ya son más de 15 años de carrera, de concentraciones y siendo todavía un chaval ya no le queda nada por ganar. Es difícil para un futbolista después de haber levantado dos champions, dos eurocopas y un Mundial, encontrar las ganas que se necesitan para matarse a diario en un entrenamiento.
Casillas no ha vuelto a ser el mismo desde esa lesión en la Rosaleda contra el Málaga, eso está claro. Lo peor para él es que ese clima enrarecido dentro de la cancha se está trasladando a su vida personal. Ikerca es la sociedad, presidida por sus padres, en la que se maneja el dinero que ha ganado el guardameta ha ganado en su exitosa carrera.
Si bien Ikerca ha presentado activos hasta la fecha por más de 20 millones de euros, el golero ha sorprendido con su decisión de retirar a sus padres de la sociedad, indemnizarlos con algún dinero y romper el vínculo con ellos. De ahora en adelante él solito manejará sus recursos. La prensa sabe muy poco al respecto, pero ésta es otra nube gris en el tormentoso panorama que tiene un hombre que lo ha ganado todo.
A pesar de que media España lo quiera crucificar en este momento y que en las redes sociales cada minuto salga un meme en donde se le ridiculiza, nadie, ni siquiera él mismo, podrá quitarle el sitio de honor que tiene este hombre en la historia del fútbol mundial. En esta la que ha sido la peor de sus temporadas ha levantado una Champions League, ¿ante qué clase de monstruos estamos?
Quien quita que encuentre, en esta andanada de críticas, la motivación que creía perdida. Puede ser que en cuatro años vuelva con ganas de revancha, de levantar por segunda vez una copa mundo y terminar de cimentar su leyenda, su legado. Iker, qué duda cabe, es un Dios del fútbol.
Dentro de una década lo de Brasil solo será un mal recuerdo, completamente eclipsado por sus títulos, su prestigio y sobre todo las atajadas que lo convirtieron, junto a Buffon, en el mejor arquero que hemos visto en lo que llevamos de siglo.