Vuelve y juega, la modelo caleña Elizabeth Loaiza acaba de ingresar a la extensa lista de personalidades que se ven afectadas por procedimientos estéticos llevados a cabo por manos inexpertas, y que ponen en riesgo la vida de sus pacientes. La influenciadora se operó los glúteos y vivió el mismo tormento por el que pasó otra reconocida figura de la televisión, Jessica Cediel. Todo por cuenta de la implantación de biopolímeros para tener una cola más redonda y uniforme. Los biopolímeros se han hecho tristemente famosos porque son sustancias sintéticas no aptas para el organismo humano, pero son usados de manera irresponsable en procedimientos que supuestamente aseguran rejuvenecimiento y tonificación.
En varias publicaciones de su cuenta de Instagram y por medio de videos, Loaiza ha decidido compartir todo el procedimiento quirúrgico para retirar definitivamente ese líquido de sus nalgas, pues el caso se estaba tornando muy agudo. “Hoy tuve el valor de mostrar mi realidad. Fui víctima hace muchos años de la aplicación de los biopolímeros y quiero ser un referente para que no se sigan aplicando estas sustancias. Lo único que deseo es generar conciencia y dejar un legado”, señaló la modelo y reina de belleza.
La tragedia que ha significado para Loaiza la ha llevado incluso a involucrarse más allá, pues desde hace año y medio es una abanderada de esta causa que quiere alertar a las mujeres de tener mucho cuidado a la hora de entregar sus cuerpos a manos médicas sin experiencia y conocimiento sobre estos procedimientos estéticos, que muchas veces terminan costando vidas.
“Los invito a seguir la campaña que inicié hace más de año y medio @niunamasconbiopolimeros, todos unidos podemos lograr acabar con la aplicación de estas sustancias en nuestro país y ayudar a millones de personas que padecen esto y son de bajos recursos para retirárselos. A veces por desconocimiento o por querer encajar en una sociedad vacía llena de estereotipos, le hacemos daño a nuestro cuerpo y a nuestra salud”, compartió en sus redes.
Loaiza se suma así a los casos paradigmáticos de Lina Tejeiro y Jessica Cediel, quienes tuvieron que someterse a cirugías reconstructivas para evitar mayores complicaciones de salud que, inclusive, ponen en riesgo la movilidad y, en últimas, la vida de quienes deciden operarse sin los cuidados respectivos, todo con las buenas intenciones de asegurar o extender una lozanía y juventud eterna que puede salir caro.