No me refiero al Partido Liberal del actual expresidente colombiano César Gaviria Trujillo y sus adláteres. Me refiero a la corriente de pensamiento liberal, al partido del general Rafael Uribe Uribe, Jorge Eliécer Gaitan y Luis Carlos Galán. El partido de nuestros ancestros. El partido en el que militaron nuestros padres que fueron víctimas de la persecusion montada por el hecho de ser liberales gaitanistas, en las décadas de finales de los años 40 y toda la década de los años 50.
El Partido Liberal tradicionalmente ha sido un partido revolucionario, transformador y de ideas de avanzada. Entendida la palabra revolución como la ejecución sustancial de un cambio social, en las estructuras de poder, revertir el estado de postración en que se encuentra una sociedad oprimida por un lamentable estado de desgobierno y corrupcion. Un revolcón. Eso es una revolucion.
Son cambios revolucionarios del Partido Liberal la abolicion de la esclavitud en Colombia y la creación del movimiento sindical obrero.
Hoy, en estos aciagos tiempos, la palabra 'revolución' se ha hecho impronunciable, tenemos que autocensurarnos y no mencionarla;, igual ocurre con la palabra 'paz': se ha macartizado tanto que es políticamente incorrecto defenderla, una anatema mencionarla, so pena ser tildado de comunista o guerrillero.
A ese irracional extremo hemos llegado. Si menciónas estas dos palabras irremediablemente quedarás matriculado y asociado con algo peyorativo y diabólico, no habiendo algo más inicuo que un sistema injusto e inequitativo.
Después de la hegemonia conservadora que terminó en 1930 con el triunfo del "glorioso partido liberal colombiano", en cabeza de Enrrique Olaya Herrera, el partido otrora de las reivindicaciones sociales y de ideas novedosas en Colombia, hoy dirigido por el inefable Gaviria Trujillo, ese mismo partido, necesita respiración boca a boca.
Postrado agoniza sin dolientes y el óxido ferroso que lo cubre y oxida a la intemperie avanza en su deterioro. El Partido Liberal se parece a esas maquinarias viejas, sin uso, que se deterioran abandonadas, expuestas al sol y al agua y sin que nadie se interese por ellas.
Su enterrador o sepulturero no se inmuta ni lo llora, defender sus privilegios personales y de familia esta por encima de cualquier razonamiento lógico de sus partidarios, sus intereses son su prioridad, un partido para cotizar avales, que solo sirven para entrar a su ceremonia de velacion.
Su cremación está cerca. Su militancia es superior a cualquier organigrama jerárquico instituido, pero esta no se pellizca, no se sacude y cambia, asi las cosas, su fin esta proximo.
Ante este apocalíptico panorama, quedan las ideas del partido, que van más allá de cualquier inepta y entregada dirección del señor Gaviria Trujillo. Existen más partidarios de esas ideas sociales que partido.
El asesinato del general Rafael Uribe Uribe, el asesinato de Jorge Eliécer Gaitan y el asesinato de Luis Carlos Galán frustraron el ascenso de unas reformas urgentes y revolucionarias. La irrealizable "Revolucion en Marcha" de Alfonso Lopez pumarejo (1934-1938) hoy se identifica más con el progresismo de la Colombia Humana.
Revelarse contra una dirección estatutaria inepta es un derecho humano, una dirección que se convirtió en una oficina de trámites y negociacion de avales. Se perdió toda vocación de poder que se tenía y solo se espera ver como apoyar un próximo títere, para esperar las migajas burocráticas que le tiran al suelo, que como perritos falderos las recojan.
Es igual a como se convirtió el partido de Caro y Ospina: jugar a ganar con candidatos ajenos a su ideología y esperar que tajada les ofrecen del pastel, en contraprestación a su apoyo. Francamente indignante todo esto.
Luis Fernando Velasco, Liberal de raca mandaca, valientemente ya dio el primer paso; después de esta plausible decision debe venir un efecto dominó. Posterior al desplante que le hizo Alejandro Gaviria, el Partido Liberal quedó deambulando, desorientado, ofreciéndose al mejor postor y ese puede ser la Coalición de la Esperanza o la Coalición de los demasiados experimentados en las lides del latrocinio. Eso sería el suicidio del liberalismo.
Razonablemente, entrar al Pacto Histórico como puerto de llegada es la mejor opción para el liberalismo. Hoy la persona más representativa de las ideas liberales y que puede arriar esas banderas se llama Gustavo Petro.
No lo digo yo, lo dice la esposa y la hija de dos líderes históricos inmolados por tratar de cambiar la historia de este país. Lo dice Maruja Pachón de Galán y Gloria Gaitán. Ambas coinciden en que la persona que mejor representa las ideas de estos dos líderes es el candidato de la Colombia Humana, Gustavo Petro.