En estos momentos, Colombia y Chile poseen las economías más fuertes de la región, por encima de México, Brasil y Argentina. ¿Pero qué tienen en común ambos?, ¿por qué comparten un descontento social generalizado? Poder adquisitivo es la respuesta.
Aunque son las dos economías más fuertes de Latinoamérica, esto no se ve reflejado en la vida del ciudadano de a pie. El dinero que gana el pueblo común, la clase trabajadora, no rinde. Tanto el ciudadano chileno como el colombiano perdieron su poder adquisitivo.
Mientras que la plata no les alcanza a las golpeadas clases baja y media, vemos que la clase empresarial aumenta sus dividendos. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres, sin contar con que la clase media está retrocediendo y el desempleo anda desbordado.
Para colmo de males, el gobierno Duque se inventó un "nuevo Sisbén" para sacar del sistema a miles de colombianos y para dejar sin subsidios a miles de familias desprotegidas. Esto sin olvidar que ahora si ganas más de 250 mil pesos eres clase media y no clasificas para ser un beneficiario del Estado, lo cual es perverso, ya que ayuda a tapar la desigualdad social y económica de nuestro país.
Por otro lado, la hora laboral en Colombia es una vergüenza, aunque por suerte nos salvamos del entuerto que nos quería meter Uribe y su Centro Democrático con la famosa contratación por horas, gracias a los jóvenes que en sus marchas presionaron para que esta aberración se cayera.
"La torta está mal repartida, weón", dicen los chilenos. Lo mismo se aplica para Colombia, por eso ya es hora de aumentar la porción, de lo contrario será un país insostenible para el más impopular presidente de nuestra historia.
