En horas de la tardes cientos de brasileros seguidores al exmandatario Jair Bolsonaro invadieron el Palacio de Planalto, Congreso y Corte Suprema con un objetivo claro: tumbar al presidente Lula da Silva que se posesionó justamente hace una semana. Armados con palos destruyeron los vidrios y se enfrentaron a las autoridades que no lograron impedir el ingreso de los ciudadanos vestidos de camisetas amarillas, verdes con la bandera de Brasil. Dentro del Congreso filmaron la toma y exigían la renuncia de Lula di Silva que justo este fin de semana se encuentra visitando la ciudad de Araraquara en Sao Paulo.
Aunque se especuló en un inicio que militares estarían involucrados en los ataques y se habló de un posible golpe de estado, fue desmentido por el mismo Lula di Silva quien condenó los hechos y aseguró que la policía ya tenía retenido a algunos de los responsables. También decretó la intervención del área de seguridad de Brasilia.
El asalto a la sede presidencial, Congreso y Corte se da para los mismo días de la toma del Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021 cuando simpatizantes de Donald Trump se tomaron el Congreso que dejó un saldo de 5 muertes. Desde Brasil, Bolsonaro respaldó al gobierno del expresidente estadounidense a quien declaró públicamente admiraba profundamente, unidos por una misma ideología. Por estos días Bolsonaro se encuentra en Orlando, Estados Unidos a donde viajó dos días antes de la posesión de Lula para evitar darle el relevo y colocarle la banda presidencial.
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