El pasado agosto, a días de dejar la Casa de Nariño, el hoy expresidente Duque dejó atornillados en la Comisión de regulación de energía y gas –CREG– a cuatro personas de su confianza. Empezó por su amigo Andrés Barreto a quien ya había encargado de la Superintendencia de Sociedades; a Natasha Avendaño, quien concluía su gestión como superintendente de Servicios Públicos Domiciliarios, también nombrada por Duque y quien había liderado la liquidación de Electricaribe y la licitación que terminó entregándole el servicio de energía de la costa a Air-e (del empresario Alberto Ríos Velilla) y a Afinia (de EPM), precisamente las dos empresas que están en el ojo del huracán por la disparada de las tarifas.
Nombró también en vísperas de su partida a Sara Vélez Cuartas, quien había sido cercana a la Creg y había sido contratista de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico, CRA. Tres meses antes, en mayo, había nombrado al ingeniero Luis Julián Zuluaga, también con vínculos con la Creg en el pasado y el Ministerio de Minas. Duque intentó dejar también listo el reemplazo del antioqueño Jorge Valencia Marín, a quien se le vence el período el próximo noviembre.
Así las cosas, solo tendrán asiento por parte del gobierno Petro los ministros de Minas, Irene Vélez; de Hacienda, José Antonio Ocampo y el director de Planeación, Jorge Iván González. Se esperaba que el presidente Iván Duque hubiera esperado o consultado los nuevos miembros de la CREG (que van por períodos de cuatro años) con su sucesor Gustavo Petro, quien desde junio anterior había sido elegido el presidente de los colombianos.