El día viernes víctimas del conflicto armado se reunieron en el centro de la ciudad con el fin de ingresar a la Catedral Primada para de esta manera denunciar al gobierno nacional las condiciones de pobreza extrema en las cuales se encuentran. Cabe resaltar que este recinto es la iglesia de mayor importancia en el país, por su significado religioso, centralidad política y ubicación geográfica, por ello se configura en un lugar estratégico para elevar la voz de las personas más humildes.
En entrevista con varios líderes que acompañan desde afuera la manifestación se logró evidenciar que exigen el derecho a la vivienda digna, ya que fueron despojados de sus tierras por los actores armados. Además, no se puede olvidar que en medio del desplazamiento de las zonas rurales a las urbanas emergen nuevas necesidades de empleo, de posibilidades de educación para sus familias y de garantía de acceso a los servicios de salud.
Además, manifestaron que desde hace años el Estado colombiano no ha cumplido con sus deberes constitucionales, aunado a lo acordado en el proceso de paz firmado con la exguerrilla de las Farc y a lo dispuesto por la ley de víctimas y restitución de tierras. Por lo tanto, evidencian que con el actual gobierno de Iván Duque regresan las violaciones a los derechos humanos, las masacres, las muertes a líderes sociales y el aumento de la pobreza estructural.
Cabe recordar que Colombia tiene la penosa cifra de casi nueve millones de víctimas declaradas del conflicto armado, de las cuales por parte de la Unidad de Víctimas se reconocen a 178.064 personas dadas como desaparecidas en el marco de la guerra; cifras que siguen creciendo dada la reactivación de la confrontación armada entre actores armados legales e ilegales, en conjunto con la persecución política y militar a comunidades y líderes sociales que reclaman sus derechos civiles.
Se espera en tal sentido que la toma pacífica de la catedral lleve a la instalación de una mesa de negociación. Aun así, se comunica por parte de los manifestantes que le han quitado los servicios de luz y de agua a la iglesia, además de impedir el ingreso de alimentos a las personas que se encuentran en su interior, con el fin de presionar su salida del recinto. Finalmente, cabe decir que quienes acompañan desde afuera la protesta se encuentran también en condiciones de vulnerabilidad, tanto por los efectos propios de la pandemia, como de la falta de alimentos y el frío implacable de la madrugada, donde mujeres, hombres, niños, adultos mayores y discapacitados esperan la pronta solución por parte del gobierno nacional.