Claudia López se ha movido siempre en bicicleta, un hábito al que se apegó aún más en sus periplos de estudiante en Estado Unidos. Se trata de una todoterreno Tomac, similar al 90 % de las que circulan en el país, Además de ser su medio de transporte preferido la volvió una bandera política cargada de significado en su campaña y ahora en la alcaldía. La pintó de verde como el color de su partido y colocó la palabra Bogotá en reemplazo de la marca.
Claudia López llegó a su posesión en el Parque El Salitre montada en la bicicleta para dar un mensaje político claro e invitar a utilizar la ciclovías como alternativa al carro particular y combatir los trancones, pero tambien a portar un grano de arena contra la contaminación ambiental.
La marca Tomac tiene su historia. Está asociada al mítico y carismático corredor de bicicleta de montaña John Tomac quien luego se la vendió a la fabricante American Bicycle Group. En el mundo de los ciclistas es considerada una bicicleta bastante de combate que hace diez años tuvo su momento de gloria pero la tecnología ha evolucionado convirtiendo a la Tomac en un aparato básico.
El gran cambio de las bicicletas modernas está en el peso. La Tomac de Claudia López debe pesar unos 12 kilos, mientras que las nuevas pueden oscilar entre los 9 y 10 kilos. Igual sucede con los platos, la de ella tiene tres platos, mientras las últimas traen solo uno; los rines de 26 pulgadas cuando desde hace seis años vienen de 29 pulgadas.
La bicicleta de la alcaldesa, que seguramente fue producida en Taiwan, lo mismo que sus llantas, se podría conseguir en el mercado por unos $ 600.000. Una bicicleta, viejita pero buena, que seguramente le aguantará los cuatro años de su alcaldía.