En el año 2016 una de las primeras medidas que tomó Enrique Peñalosa fue acabar con el Cartucho. Esa mañana de domingo se veían, desperdigados por sus calles, como espectros, a los habitantes de uno de los lugares donde la delincuencia en la capital se expandía como un cáncer. Desde entonces estas bandas, liderada por los Sayayines, han intentado establecerse en sitios claves de Bogotá. Después de siete años, al parecer lo lograron.
Fuimos hasta el parque del Tercer Mileno, en pleno centro de Bogotá, al frente del Gran San, uno de los centros comerciales más populares de la capital, y constatamos el horror. Allí se encuentra a venta de lo que usted busque, desde bicicletas, zapatos, ropa en general, ollas a presión, teléfonos móviles y fijos, grabadoras, radios robados. Las bandas pueden encontrar en ese lugar los disfraces que quieran, desde el uniforme de la policía, militares. Y por supuesto, droga por doquier. El olor a droga es lo que describe mejor este lugar olvidado por Dios. La policia, por supuesto, brilla por su ausencia.
La estación de Transmilenio que está allí, llamada Bicentenario, está tomada por estos grupos delincuenciales. La gente que se baja en ese lugar se expone a los más terribles peligros. Las mallas que tiene el parque, que lo rodean, están llenas de ropa. Hay carretas las que quiera. Del parque sólo queda abierta una puerta y tiene vigilancia adentro para que no se metan, una vigilancia de 24 horas.
Estas imágenes del horror las tomó nuestro reportero estrella. Acá es donde nos preguntamos ¿Dónde diablos está la alcaldesa Claudia López y su duro carácter?