El año negro de Peña Nieto empezó en septiembre pasado. Hasta entonces todo era satisfacción: desde la captura del “Chapo” Guzmán hasta conseguir la portada de la revista Time. Pero el derrumbe llegó con la desaparición y el asesinato de los 43 estudiantes de Ayotzinapa frente al que reaccionó torpemente. Pero el puntillazo se lo dio su amada Angélica Rivera cuya fama en las telenovelas mexicanas había sido hasta entonces un plus en la carrera política de Peña Nieto.
Se destaparon sus lujos, la famosa “Casa Blanca” por un valor de USD 7 millones en la que ha vivido la pareja, financiada por uno de los contratistas preferidos del régimen. Siguieron los escándalos unidos a la escandalosa fuga del Chapo Guzmán. Hoy su favorabilidad no alcanza el 30%.
Pero el mayor desgaste viene de La Gaviota, su esposa quien se le ha convertido en una verdadera carga. Ella y su prestigio en la televisión fueron al comienzo un empuje grande para el entonces gobernador del estado de México, desde donde empezó a construir su candidatura a la presidencia. Grabó una serie de vídeos de celular para apoyarlo que llamó “Lo que mis ojos ven y mi corazón siente”, que unido a muchas salidas publicas contribuyeron al éxito electoral de Peña Nieto.
Desde el primer dia la primera dama ha querido tener un espacio propio. Y su primer destape fue con la entrevista en la revista Hola! en la que mostró la Casa Blanca. Luego vendrían sus lujos en trajes y joyas en el grado de su hija. Ha salido mal parada de las explicaciones que ha intentado dar. Su vídeo, grabado en una locación extraña que evocaba el set de alguna telenovela, adornado con papel tapiz barroco y orquídeas marchitas, fue catalogado de hipócrita, insólito e inclusive como una pésima actuación. Aunque anunció que la casa se vendería, nueve meses después esto no ha sucedido.
La Gaviota regresó rabiosa de la visita de estado en Francia, donde se encontraban cuando se supo del escape del narcotraficante. Se quejó de no haber recibido la atención que se merecía por parte de su esposo y desde entonces ha crecido el rumor de una posible separación. Todo forma parte de un melodrama en que las travesuras de la primera dama le habrían salido caras al Presidente Peña Nieto. Rumores sobre los dolores de cabeza que Rivera causa entre el equipo de gobierno también han salido a la luz. Dicen que es “inmanejable”. En efecto si no hubiera sido por Angélica Rivera las cámaras jamás hubieran entrado a la Casa blanca, y para muchos lo que está protagonizando quien ha sido una de las grandes estrellas de Televisa es más bien la historia de amor de nunca acabar entre el PRI y la corrupción.