El pasado 9 de septiembre de 2017, no se le borrará de la cabeza a Roosevelt Castro Bohórquez. El periodista deportivo, asociado a la ACORD y al CIPA, no cabía de la dicha y no era para menos: su tarjeta verde fue bendecida por el papa Francisco, en la misa campal realizada en Medellín, Colombia.
La iniciativa para premiar acciones de juego limpio recibía su santa bendición, luego de una espera de casi dos años, y de su creación hace tres décadas.
“Dicen que los tiempos de Dios son perfectos y eso lo creo. Hace dos años le escribí al papa Francisco, a su casa de residencia en Ciudad de el vaticano. Le hice la solicitud formal, anexándole toda la documentación de nuestra propuesta para la paz y la convivencia, en el contexto del fútbol, dos meses después de su aparición en la Serie B Italiana, de manera experimental. Fue recibida por la oficina de prensa y comunicaciones de su santidad. Luego me enteré de la venida de él a nuestro país y envié varios correos, tanto a la Embajada de Colombia en el Vaticano, como a otros entes eclesiásticos. Más tarde la remití a la Conferencia Episcopal Colombiana, pero no hubo respuesta”, acota el exárbitro y hombre del fútbol por muchos años.
Pero eso no lo amilanó. “En vista de que no obtuve respuestas, opté por asistir a la misa convocada en Medellín”. Luego de dos días haciendo fila, soportando las duras jornadas y el cambiante clima de la ciudad, logró ingresar a uno de los cuadrantes en que se dividió el Aeropuerto Olaya Herrera, lugar del encuentro espiritual.
“Fue una experiencia muy enriquecedora. Ver la gente cantando, rezando el rosario, soportando estoicamente el frío y la pertinaz lluvia, son motivos suficientes para tener ese encuentro con la fe”, señala el inventor de esta estrategia que ahora hace presencia en la Serie B de Italia, en la Real Federación Andaluza de Fútbol, en la Copa Verde en Belém Do Pará, Brasil, y el otras esferas del fútbol mundial, pero que nació en Colombia, bajo la mente inquieta de este periodista Acord, hace 30 años.
Y el objetivo se cumplió: Roosevelt obtuvo su anhelada bendición que le servirá de “paz-aporte”, y de “patente espiritual”, como él mismo lo expresa.
“Será nuestro aporte para la paz y para el desarrollo del fútbol del mundo”, concluye el llamado “Árbitro de la paz”.