La supuesta metida de pata de Clara López
Opinión

La supuesta metida de pata de Clara López

La mediática frase no se refiere a la valoración del delito sino a las repercusiones en función de quién es la víctima y abre puertas hacia algo más interesante

Por:
junio 07, 2023
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Si no fuera por la importancia de la alocución del presidente, y del ‘hecho noticioso’ que representó el retiro de los funcionarios envueltos en el cuento del polígrafo y la jefa del gabinete, aún estarían los ‘comentaristas’ regodeándose con la frase de Clara López.

Lo que yo he entendido – y no he tenido comunicación alguna con ella- abre puertas hacia algo más interesante.

No significa menospreciar ni ofender el hacer esa distinción, ni supone ser clasista -menos viniendo de una persona cuya posición y actitud en la vida y en la política demuestran lo contrario- sino simplemente constatar una realidad que se debe tener en cuenta.

Decir que no pesa igual una interceptación de una sirvienta que la de un magistrado no se refiere a la valoración del delito sino a las repercusiones que puede tener en función de quién es la víctima. Y en ese sentido pesa el qué gana o para qué le sirve a un gobierno el hacerlo (no parece tener sentido la acusación de que este gobierno decidiera hacerlo motivado por un interés privado).

Dando por sentado que el polígrafo, el robo, la existencia de los miles de euros, etc. son hechos concretos que darían para crear cualquier noticia y para buscar cualquier línea de ataque por parte de la oposición al gobierno -aun si eventualmente pudieran tener explicaciones-, lo que lleva es a entender qué hay algún interés de más peso detrás de lo que representa el actuar de la empleada de Laura Sanabria, ya que la iniciativa y redacción de su demanda, la organización de su viaje, el conseguir las entrevistas, etc. son ciertamente cosas no originadas y coordinadas por ella.

Pero entonces aparece lo realmente extraño.

Primero la participación de Benedetti que aunque supone un actuar por resentimiento personal no parece suficiente explicación. Unas primeras grabaciones sugieren la idea de un intento de chantaje al Gobierno.

De esto deriva el hallazgo de la interceptación, y pasan a aprovecharla, para ser protagonistas y desarrollar sus respectivas funciones, los medios como creadores de noticias y el fiscal Barbosa como jefe de la oposición.

Con la reacción en cadena de declaraciones a la opinión pública, se cumple el propósito de llevarnos al mundo de las ‘teorias conspirativas’ hoy tan de moda (presunción de culpabilidad, abuso del poder, intención oculta o cuestionable detrás de todo episodio).

Laura Sanabria no solo sería tan poderosa como se le conoce por su importancia en el gobierno, sino además gozaría de un excepcional maquiavelismo y capacidad como estratega y como intrigante, si en efecto al día siguiente del robo (apenas algunas horas después) logró el montaje de la interceptación. Eso supone  el lleno de los requisitos de legalidad, vinculando en los niveles operativos últimos a los investigadores de la Dijin, a un fiscal del Chocó adscrito a una unidad tan restringida como el Grupo Especial contra Estructuras de Delincuencia Organizada (GREDO) y al juez de garantías; y más al hacerlo llenando los correspondientes trámites a espaldas de toda la jerarquía de la estructura de inteligencia del país (comandante de la Policía, el director de la Dijín, Fiscalía y hasta eventualmente el Ministro de Defensa puesto que todos afirman no saber quién dio esa orden)

La alternativa posible es que, ante lo que venía de la investigación en curso contra el Clan del Golfo -de que existían informantes cercanos a la Presidencia de la República-, se averiguara si éstas serían las empleadas de quien más acceso tenía al presidente (más sí ya las tenían descritas con los alias de ‘la madrina’ y ‘la cocinera’).

Lo corroboraría el Fiscal Barbosa al decir:

                “…convertir a dos ciudadanas que tienen derecho a la presunción de inocencia, en alias la Cocinera y alías la Madrina para interceptarlas ilegalmente y posteriormente llevarlas al Palacio de Nariño o al edificio Galán del Palacio de Nariño, escuchándolas ya en una sala de la Policía Nacional para interrogarlas sin apoderado judicial.”

                Es decir que según eso ¡el robo fue posterior a la interceptación!


Según eso ¡el robo fue posterior a la interceptación!


Que el robo y la interceptación puedan ser inconexos parece bastante posible.  Si no encuentra el fiscal la orden de chuzar emanada de un superior (y por eso todos se preguntan ¿quién la dio?) lo sucedido es parte de una rutina en la investigación al Clan del Golfo y desaparece la ilegalidad de esa interceptación y la comparación con los gobiernos que no solo la hacían a los magistrados, a la oposición, a los periodistas, sino que la hacían ilegalmente).

En todo caso, para proseguir con el ‘golpe de Estado blando’ * se evita una pausa en el proceso -y más ante la eventualidad de que lo aquí dicho lleve a controversias frente a la opinión pública- dando el siguiente paso al concretar contra el presidente una acusación ante el Congreso. Es cuando sale al escenario el tema de la financiación de la campaña y las demandas penales sin ninguna posibilidad de prosperar como juicio (como lo reconocen los mismos que las instauran) pero sí con efectos políticos y noticiosos.

***

*El manual dice: primero una descalificación al manejo económico (tema del petróleo); después cuestionamientos por algo que afecta a la poblacion (reforma a la salud); después promover movilizaciones callejeras de protesta (la iniciativa de salir a las calles fue de la oposición); después un escándalo alrededor de los allegados cercanos al gobernante (el caso de  Nicolas Petro); después un escándalo en el gobierno; y después el golpe mediante una declaratoria judicial que bajo una forma u otra obliga o justifica el retiro del mandatario.

Concepto de la Inteligencia Artificial:

“El término "golpe de Estado blando" fue acuñado por el politólogo y escritor argentino, Gene Sharp. La idea detrás de este concepto es que estos golpes no son ejecutados mediante la fuerza física, sino a través de medios más sutiles como la manipulación mediática, la propaganda y la influencia política.

El concepto ha sido utilizado en numerosos países para describir situaciones en las que se producen cambios políticos significativos sin recurrir a la violencia directa. El uso del término ha ganado popularidad en América Latina durante los últimos años, especialmente para describir los cambios políticos llevados a cabo por gobiernos progresistas en la región que han sido desplazados por fuerzas conservadoras apoyadas por intereses externos.”

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