Para nadie es un secreto que dentro de las cárceles colombianas hay reclusos de primera y segunda categoría. Dependiendo de la capacidad económica, pueden tener mejor comida, celulares, o una celda más cómoda. Ese es el caso de la fugada Aída Merlano, quien tenía dos camas, un televisor, bebidas constantes, un escritorio, lámparas, e incluso otro cuarto para guardar cosas, además del baño privado. Como lo reveló Noticias Uno, junto a sus compañeras de celda, la exfiscal Tatiana Oliveros, condenada a 21 años de prisión por tener nexos con narcoparamilitares y la exjueza Margarita Díaz Martínez, con una condena por otorgar beneficios a peligrosos criminales en el Meta, Merlano se daba las comodidades que solo una suite tiene.