Leyendo El Tiempo del domingo pasado, dos páginas del periódico, la 4 y la 6, sugirieron mucho a muchos colombianos de los personajes entrevistados. En la cuarta, el fiscal Néstor Humberto Martínez se defendió y defendió la labor de su despacho en relación con un problema que no deja de tener actualidad y atractivo político: la corrupción. En la sexta, Vargas Lleras reafirmó que él y su partido están dispuestos a respaldar las iniciativas de Duque, si se deja. Además, como lo viene haciendo de semanas atrás, en una de las páginas editoriales el excandidato publicó una columna sobre un tema neurálgico: el significado económico de la minería legal.
Como el fiscal, por razones obvias, es noticia diaria, y más en esta etapa crucial de la vida del país, Vargas Lleras, que conoce a su amigo y lugarteniente, no quiere dejar tampoco de ser noticia y, por lo mismo, habla frecuentemente y escribe semanalmente sobre la conducción del Estado y las circunstancias que, para ello, ofrece la agitada sociedad que no deja de influir en el conjunto de las preocupaciones públicas. Es una característica que el excandidato heredó de su ilustre abuelo, el expresidente Lleras Restrepo. Su pertinacia revela que no pierde la fe en una respuesta positiva de los colombianos.
En Cambio Radical se perfilan dos precandidaturas,
la del jefe del partido y la del más prominente de sus seguidores
Se deduce, desde luego, que en Cambio Radical se perfilan dos precandidaturas, la del jefe del partido y la del más prominente de sus seguidores. La organización partidista, por un lado, y la labor institucional de un jerarca que, desde que arrancó su carrera como superintendente bancario, puso los ojos en la Casa de Nariño, por el otro lado. Ambos dos veces ministros, y uno vicepresidente y el otro superministro. Recio y afirmativo el primero; sutil, ladino y calculador el segundo. Como el país ha cambiado, Martínez Neira considera que con mañita puede pavonearse en el ring como aspirante retador al cetro de todos los pesos.
¿Cómo?
Esa es la pregunta del millón.
En favor de Martínez cuenta el convencimiento de que los colombianos se fastidiaron de los delfines políticos por vía sanguínea
En favor de Martínez cuenta el convencimiento de que los colombianos se fastidiaron de los delfines políticos por vía sanguínea. Ya Vargas Lleras lo ha intentado dos veces sin fortuna, pero en su favor milita una visión acertada de la Colombia que viene evolucionando desde su primera elección al Senado hasta la polarizada de hoy, necesitada de orientaciones que le devuelvan su estabilidad democrática. Escenario interesante para dos amigos decididos a dar un ejemplo de emulación civilizada, regresando a las ideas y a la altura en los propósitos.
Vargas Lleras lo ha intentado dos veces sin fortuna,
pero en su favor milita una visión acertada de la Colombia que viene evolucionando
De otra parte, los resultados del gobierno de Duque serán determinantes en pro o en contra de Vargas Lleras, según se comprometa del todo o mantenga su posición de independiente condicionando apoyos esporádicos, de reconocido valimiento, a las iniciativas que satisfagan a la mayoría de los colombianos. Martínez, entre tanto, mantendrá por dos años más el ritmo de su rumbo como corresponsable de la política criminal, de la cual dependerán avances o retrocesos si se obtienen, o no, éxitos resonantes contra los grupos violentos de todos los pelajes.
Todo lo que se ha dicho y se dirá de Néstor Humberto Martínez (conflictos de interés, si declara o no su riqueza, si paga los impuestos que son, etc.) obedece a que lleva la precandidatura a flor de piel y de extraño nada tendría que parte del fuego disparado sea fuego amigo con el fin de que atempere la fuerza de las alas. Casi tanto como Montealegre, mete en todo su cuchara, con la diferencia de que apunta más allá de las necedades, vanidades y veleidades de su antecesor.
Sin decirlo de manera expresa, los doctores Germán Vargas y Néstor Humberto Martínez, igual que el doctor Mariano Ospina Pérez en 1950, tienen entre ceja y ceja la sucesión presidencial.
Siguiendo a Epicuro, Vargas Lleras y Martínez Neira están, momentáneamente, dentro de sí mismos porque requieren reflexión antes de iniciarse la puja electoral. Presumo que los astrólogos les han recomendado prudencia y serenidad, aguardando a que la economía, la paz, la seguridad y la migración venezolana repercutan en los sueños que hilvanan y las ilusiones que tejen alrededor de la resignación o las inconformidades que sobrevengan a la reforma tributaria, la pensional y la de la Justicia.
Publicada originalmente el 12 de octubre de 2018