Más de 300 cubanos continúan represados en el golfo de Urabá tratando de decidir cuál será su nuevo rumbo, tras el ultimátum de diez días para abandonar el país, dado por el Gobierno de Colombia. Emprender un tortuoso viaje por el Tapón del Darién o ser deportados a la isla son las únicas opciones. “Es duro que existan las fronteras, no veo por qué nos ponen límites y barreras para caminar, pues nosotros no queremos ser un estorbo en ningún país. Queríamos estar aquí de tránsito, pasar a Panamá y seguir nuestro camino. Es difícil entender por qué nos someten a este recorrido tan peligroso existiendo otras opciones menos riesgosas”, comentó Kelly Álvarez Torres, inmigrante cubana y madre cabeza de hogar quien tomó la decisión de emprender la difícil ruta por la selva con sus dos hijos.
Si bien hasta ahora ha tomado mayor fuerza en los medios de comunicación la situación que se vive en Turbo (Antioquia) y Capurganá (Chocó), la realidad es otra, y esta consiste en que la frontera de Colombia con Panamá ha sido una ruta preferida por los inmigrantes cubanos desde 1996 cuando Estados Unidos decidió impulsar una reforma a la llamada Ley de Ajuste Cubano.
Dicho acuerdo promulgó inicialmente para los años sesenta algunas garantías para los cubanos como la obtención de la Green Card, es decir, el permiso para residir permanentemente en Estados Unidos al pisar tierra norteamericana de cualquier forma. Sin embargo, esta situación incrementó la tensión de los dos países vecinos, vista desde Cuba como una campaña desestabilizadora por Norteamérica. Por lo tanto, en el mandato de Bill Clinton se realizó la reforma “ley de los pies descalzos”. La cual definió que todo cubano que quisiera obtener beneficios, no podría llegar por vía marítima.
Por esta razón, la ruta ideal que antes tenía una distancia aproximada de 150 km desde Cuba hasta Miami, debido a nuevos acuerdos políticos entre países, fue cerrada y quedó prohibido el paso de los cubanos por esta zona. Dichos motivos llevaron a la búsqueda de nuevos trayectos.
Esto explica el aumento de inmigrantes en Colombia, puesto que no existía una manera más sencilla de alcanzar el sueño americano. Además, dos aspectos coyunturales como el cierre de la frontera con Panamá y el inicio de conversaciones entre Barack Obama y Raúl Castro hicieron que se agravara aún más la situación .
Para los opositores al Gobierno castrista, claramente no sería provechoso. Así lo afirmó Alexandra Castro, Magister en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario y experta en migraciones: “El hecho que Estados Unidos y Cuba estén normalizando sus relaciones, hace que ellos tengan el temor de que se acabe la aplicación de esta ley”. Además, explicó también que deberían pensarse políticas migratorias en la región, puesto que, Estados Unidos impacta al resto de países del continente, por lo tanto, todos deberían definir qué políticas adoptar y de qué manera administrar las migraciones en América del Norte y del Sur.
Cabe resaltar que las dificultades de los cubanos para emigrar a Estados Unidos también han estado relacionadas con los cierres fronterizos como el de Nicaragua el 15 de noviembre del 2015 y el de Costa Rica en abril del presente año.A causa de dicha situación, Panamá cerró sus fronteras con Colombia el 9 de mayo, por la cantidad de ciudadanos cubanos que estaban aglomerándose en dicha población. Ahora, el represamiento se ha presenciado en la zona limítrofe de Sapzurro,(Chocó) y lugares como Turbo y Capurganá, con cientos de niños, familias completas y madres cabeza de familia.
En conversación con Kelly ella aclara: “El pueblo colombiano ha sido de oro con nosotros, es el único que nos ha tendido la mano, el problema es con el Gobierno que los representa a ustedes”. Opinión que demuestra la situación que muchos como Álvarez están viviendo diariamente debido a las últimas acciones del Gobierno colombiano en la zona. Así también explicó Sebastián Díaz, periodista que estuvo haciendo trabajo de campo en Urabá quien comentó que los mismos pobladores de Sapzurro decían “si acá se llegara a meter la policía a sacarlos, nosotros los defenderemos”.
Además, gracias a la Defensoría del Pueblo, el día martes 2 de agosto se hundió el proceso para sacar masivamente a los inmigrantes dando un plazo de diez días para salir del país por la selva del Darién, en un avión hacia Cuba o regresar al lugar por donde entraron a Colombia, en este caso para esta madre cabeza de hogar, a Ecuador.
“En Ecuador fuimos víctimas de xenofobia, incluso hasta de racismo, somos de piel negra y por nuestro color éramos rechazados en cualquier trabajo. No encontré la ayuda en ninguna organización y ya no tenía cómo sostener a mi familia, entonces tomé la decisión de continuar esta travesía hacia los Estados Unidos”, dijo Álvarez durante la entrevista.
Por lo tanto, es una problemática social en general de la región y seguramente Estados Unidos sí debería definir cuál será su postura frente a la ley de Ajuste Cubano que ha sido la razón principal por la cual los ciudadanos disidentes en Cuba deciden partir de su país para buscar nuevas alternativas, teniendo en cuenta, que creen que en Norteamérica existen más beneficios para ellos.
Mientras tanto ya han salido más de 400 inmigrantes de Colombia y aún son miles los que quedan, sin embargo, no existe una cifra exacta ni siquiera de Migración Colombia, entidad que se supone debe estar al tanto de cuántas personas salen y entran al país, pero que, al ser ésta una situación que el mismo Gobierno dejó acrecentar, hace más compleja la decisión de dejar o deportar a los cubanos. Lo que sí es claro es que por obligación, Colombia debe responder a unos lineamientos de sanidad, alimentación y proteger los derechos humanos. El problema es que no existe un plan de acción ante este tipo de sucesos.
Lo anterior debido a que Colombia no ha entendido que dejó de ser sólo un país expulsor de migrantes y que ahora es un territorio donde también transitan inmigrantes. Por lo tanto, como lo explicaba Alexandra Castro el Estado debería crear una política migratoria coherente y decidir si dichas personas pueden ingresar a la zona respetando derechos establecidos y procedimientos ordenados del país, cosa que no está sucediendo todavía.
No cabe duda que varios cubanos emprenderán una travesía por las selvas del Darién, porque no tienen otra salida a causa del cierre de fronteras, pasando por lugares peligrosos y enfrentándose a animales salvajes, corrientes muy fuertes en los ríos y a las bandas criminales que abundan en el territorio.
*Publicado originalmente en Revista Liber, Universidad Externado de Colombia