Que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, dice una conocida cita bíblica. Mientras el cantautor vallenato Iván Villazón sigue cosechando éxitos que resuenan dondequiera que haya un amante de este género musical, de manera callada también trabaja en beneficio de 145 niños vulnerables.
La Fundación Cristiana para el Trabajo Social se creó en 1987 por el maestro Villazón y Elvin Aponte Molina, su tía, enfocada en abrir espacios para la educación en Valledupar, en especial para los niños del sector de El Boliche, en el centro en la ciudad.
En principio la fundación operó con los aportes de sus creadores y mediante convenios con el ICBF y la Alcaldía, mediante un centro y un comedor para menores en edad escolar. Sin embargo, ambas instituciones cesaron su financiación.
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Pese a las duras dificultades, Villazón desde ese entonces, junto con su esposa Aida Mercedes Garcia ,se ha hecho cargo de proveer el 100% de los recursos para el funcionamiento ya durante varios años, en los que no solo se abrió un jardín infantil sino la Primaria, lo que desembocó en la creación del centro educativo Shalom Paz.
La fundación asumió toda la carga financiera del colegio, que hoy es una institución privada sin ánimo de lucro, en la que los niños no tienen que hacer ningún aporte.
Desde Jardín hasta el grado quinto de Primaria, son 154 niños los beneficiarios de esta iniciativa, que además atiende a los menores vulnerables de zonas como 9 de marzo, la Galería o Margen derecha del río Guatapuri, en el centro de la ciudad.
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Muchos de los menores vienen de entonarnos complicados, siendo hijos de vendedores ambulantes, trabajadoras sexuales, recicladores u operadores de vehículos de tracción animal.
Sostener esta operación ha sido todo un reto para una sola persona y las ayudas son pocas. En 2019 hubo que cerrar el comedor escolar y hubo otras duras complicaciones como la pandemia, época durante la cual la fundación logró seguir en funcionamiento.
Esta silenciosa faceta del cantautor, conocido como la Voz tenor, da cuenta de que es alguien comprometido no solo con sus seguidores, sino también con la sociedad que lo acoge, en una muestra de verdadera generosidad.