13 de enero de 1992. Mia Farrow entra al apartamento de Woody Allen a buscar una agenda. Llevaban años siendo novios, tenían dos hijos y la sana costumbre de vivir en apartamentos separados en edificios vecinos con vista al Central Park. Por curiosidad la actriz abre un sobre de manila que estaba encima de la chimenea. Encuentra unas fotos. Una muchacha desnuda posa con lascivia. Farrow tardó unos segundos en reconocer a su hija, Soon-Yi Previn, como la modelo de las fotos. El velo cayó de sus ojos. Salió corriendo hasta su casa, buscó a la joven y le gritó en la cara ”¡encontré las fotos!”. Comenzaba el escándalo más estruendoso en Hollywood desde que Roman Polanski sodomizara a una joven de 14 años en el jacuzzi de Jack Nicholson.
Soon Yi-Previn fue adoptada en 1972 por Mia Farrow quien en ese momento estaba casada con el eminente pianista francés André Previn. Era una niña coreana abandonada por su mamá prostituta quien fue encontrada por la policía mientras comía de la basura en las calles de Seúl. Mia se separó de André Previn en 1979 y ese mismo año conoce en una discoteca newyorkina, conoce a Woody Allen. El flechazo fue inmediato. Allen además la contrató para la película Broadway Danny Rose, formando un tándem sólo comparado al de Ingmar Bergman y Liv Ullman. Farrow tenía 7 hijos y desde el principio el cineasta le dejó claro que no quería tener nada que ver con ellos. Sin embargo Allen se fue encariñando con los niños. Moses, otro de los niños coreanos adoptados por la actriz, hizo contacto inmediatamente con él hasta el punto que uno de sus juegos favoritos era imitar a famosos. Allen grababa los juegos y lo llevaba a los partidos de los Knicks de Nueva York. Y estaba Soon-Yi, por supuesto.
La relación entre la coreana y su madre adoptiva siempre fue problemática. Soon-Yi habla del desprecio constante a la que la sometía Farrow. Peleas y humillación, el trato de una sirvienta. Además, en las noches, era abandonada con sus hermanos en ese amplio apartamento frente al Central Park y el único que las cuidaba era Allen. Al menos esa es su versión.
El primer acercamiento de Allen con Soon-Yi ocurrió cuando ella tenía 16 años y se rompió un tobillo. La atendió, se convirtió en su sumo protector y empezó a llevarla a su plan favorito, ver a los Knicks de Nueva York. Farrow no sospechaba nada. En 1985 la pareja decida adoptar a Dylan, una niña norteamericana de seis meses de nacida. Woody inmediatamente se sintió prendado de la niña. La consentía de manera obsesiva. Cuando Mia quedó embarazada dos años después y tuvo a Roman, el único hijo biológico de la pareja, el cineasta se ofreció a cuidar de Dylan mientras la actriz se recuperaba del parto.
A partir de allí Mia comenzó a ver un comportamiento extraño, inusual de Woody con la niña. Treinta y siete años después Dylan le contó a HBO la ambivalencia que sentía por su papá. Era un amor mezclado con un intenso terror. Apenas veía a la bebé salía corriendo a abrazarlo con una intensidad sofocante que llevó a Farrow a reclamarle varias veces por ello. Incluso Allen en 1991 se trató este problema y su siquiatra confirmó el comportamiento inquietante y errático del cineasta.
En la serie documental Dylan asegura que su padre adoptivo la invitó varias veces a estar en cucharita con él en la cama. En el relato, Allen no lleva puesto más que unos calzoncillos. Esta versión ha sido negada por el creador de Hannah y sus hermanas y por el hijo de Farrow, Moses, quien ha defendido con tenacidad a su papá, ya que cree que es víctima de un complot mediático orquestado por una esposa despechada. Roman, quien actualmente es periodista del New Yorker y uno de los gestores con sus artículos del Me Too, es otro de los que atestiguan el comportamiento inapropiado del genio con la bebé. Ante esta acusación contra Allen Soon-Yi respondió en su momento: “la acusación de que él haya molestado a Dylan es tan ridícula que no voy a darle crédito con un comentario”. Y terminaba diciendo “No soy una pequeña flor retrasada y menor de edad que haya sido violada, molestada y mimada por un padrastro malvado. Soy una estudiante de psicología de la Universidad que se enamoró de un hombre que resultaba ser el ex novio de Mia. Admito que es extraño, pero no nos pongamos histéricos. La tragedia aquí es que por culpa del victimismo de Mia, los niños van a sufrir. Siempre tendré un sentimiento de amor por ella por las oportunidades que me dio, pero es duro perdonar mucho de lo que vino después”.
La separación de Allen y Farrow, que se dio mientras rodaban la durísima Maridos y esposas, fue la noticia del año en 1992. Cinco años después Allen y Soon-Yi se casaron en un palacio en Venecia. Aún siguen juntos y cada vez que puede la coreana enfila baterías contra su madre adoptiva.
Descarnado, revelador y casi que concluyente, el documental Allen vs Farrow ha desatado una polémica entre los que le creen a la actriz y los que consideran al director la víctima de un complot. Sin embargo, para Woody, acostumbrado a realizar una película cada año, va a ser aún más difícil poder encontrar los recursos y la energía, a los 85 años, para seguir realizando con normalidad sus proyectos. Ya actores que han trabajado recientemente con el director como Timothée Chalamet se han encargado de hacerle mala prensa y de dejar claro que denigran de ese tipo de colaboración. Pensar que hasta hace muy poco hasta Di Caprio trabajaba gratis para él. Lo que es seguro es que el ocaso de Woody, uno de nuestros filósofos favoritos, está siendo muy largo y triste.