Esta historia tiene su origen en el corregimiento de Conejo en La Guajira en el marco de los acercamientos y la firma del Acuerdo de Paz en 2016, así como la posterior llegada de los exguerrilleros de las Farc al corregimiento de Conejo.
Tanto conejeros y exguerrilleros tienen que ver con Dubis Márquez, una mujer de baja estatura, entrada en años, que luce un cabello cenizo y corto, de ojos que traspasan hasta la tristeza. Un día sufrió una isquemia cerebral y olvidó todo: leer, escribir y sumar, pero hubo algo que quedó prendido, no en su mente, sino en su corazón y en sus manos. Se trata de una bella manera de acariciar, dar amor por medio de la comida, por medio de su saber, venido de muchas mujeres que la antecedieron y le heredaron el don de curar el alma con los prodigiosos sabores de la comida que prepara. Es que la cocina es una manifestación cultural arraigada en este territorio, genera unión y convivencia.
El acto de comer te permite conocer y compartir con otro, la cocina tradicional hace parte de nuestra identidad y doña Dubis es una portadora de ese saber, ha ayudado a todos, tiende su mano y se la juega a diario por el proceso de paz. Es una mujer empoderada, defensora de su territorio, de su cultura y con una sazón inigualable.
La Seño Dubis sabe cuándo alguien está enfermo con solo mirarlo y un reproche de sus ojos basta para que la gente se coma todo, o beba la medicina o el café, que nunca falta en su casa. A veces está cansada, le duelen las piernas, y es que a las tres de la mañana ya está en pie moliendo maíz para hacer bollos, arepas o chicha, preparándose para recibir a esos hijos que no parió, pero que ella decidió adoptar cuando llegaron a Conejo, los exguerrilleros en reincorporación.
A Dubis siempre le preguntan: ¿qué recuerda de la llegada de las Farc? Ella, con generosidad, dice: “Cuando llegaron a Conejo los de las Farc, yo preparé un caldo de arroz con pollo temiendo que me quedara, pero con la sorpresa de que no alcanzó… Lo hice con la intención de decirles bienvenidos a Conejo. Claro que ya yo había podido tener el acercamiento con ellos porque antes estaban en el sitio llamado “La Y” cuando algunos se enfermaban, yo les enviaba aguadepanela con jengibre para que se curaran”.
Un acto que los exguerrilleros recuerdan con gran agradecimiento fue su dolor y preocupación por la muerte de Damaris Lee, excombatiente guerrillera fallecida en noviembre de 2016 en Pondores, La Guajira, a causa de una neumonía, en pleno cese al fuego bilateral y cuando los combatientes se encontraban concentrados en los puntos de preagrupamiento.
Al recordar cuando las Farc llegaron a Conejo, a Doña Dubis se le iluminan los ojos y dice que ese mismo día, cuando ya había cumplido con la repartición del arroz, “aparte de que no quedó ni el cucayo”, se sintió muy satisfecha por la labor social cumplida como aporte a la paz.