A principios de abril los congresistas electos por la costa Caribe se reunieron en la casa del senador de Cambio Radical, Arturo Char. El objeto: declarar su “autonomía presupuestal”. Con esto, le mostraron los dientes al gobierno y a sus compañeros en el capitolio. Ahora, gracias a su contundente victoria en las urnas, la bancada costeña quiere tener soberanía para decidir el destino de los recursos que se inviertan en su región. Esta dinámica en el manejo de los millonarios proyectos en las regiones a expensas de los congresistas, comenzó a hacer carrera cuando desde la Casa de Nariño se privilegió el reparto del presupuesto entre los parlamentarios de la denominada Unidad Nacional.
Los 31 senadores elegidos en la costa Caribe, aunque de distintos partidos, los dejó como la fuerza política regional más poderosa en el congreso. Como si se tratara de una coincidencia, la contundente victoria en las urnas fue directamente proporcional a la asignación de “cupos indicativos” dirigidos desde la casa de Nariño: 300 mil millones de pesos en proyectos, repartidos en una selección de 15 parlamentarios costeños, los cuales doblaron sus votos y obviamente fueron reelegidos.
La mayor parte de los recursos que se entregaron a estos 15 congresistas provinieron de dos de los fondos más grandes del Estado: Proyectos para Vías Terciarias y Obras para la Prosperidad. Dineros destinados para superar la segregación y la pobreza.
El Partido de La U, fue el más beneficiado en esta repartija en la costa Caribe. Siete de sus senadores recibieron proyectos por $183 mil millones. De este partido, el senador más favorecido fue el cordobés Mussa Besaile, quien obtuvo treinta proyectos de Vías Terciarias que sumaron $66 mil millones. De hecho tuvo el poder de “gestionar” los contratos para la construcción de carreras rurales en municipios de Magdalena, Sucre, Tolima, Antioquia, Bolívar y Córdoba. Proyectos como la carretera (Enea - Robles - Tasajera – Nerviti de 31 KM por valor de $4.500 millones en el municipio del Guamo en Bolívar), la carretera (Vía Suarez - Vereda Los Canastos de 30 KM por valor de $4.500 millones en el Espinal Tolima) o la carretera (Betulia - Albania - El Sitio, de 32 Km con un costo de $4.500 millones en San Juan de Betulia en Sucre). Curiosamente, Mussa duplicó su votación y obtuvo 83 mil sufragios más que en las pasadas elecciones.
Otra buena parte de la tajada de la mermelada de Vías Terciarias y Obras para la Prosperidad que le correspondió al Partido de La U, se la llevó el senador Miguel Amin, quien obtuvo proyectos por $46 mil millones para construir pequeñas carreteras rurales en 16 municipios de los departamentos del Atlántico, Bolívar, Magdalena, Sucre y la Guajira.
Así mismo, Martin “El ñoño” Elías recibió $55 millones, de ellos, solo $3 mil eran para la construcción de Vías Terciarias en el municipio de San Benito en el departamento de Sucre. Pero el grueso de los recursos los recibió a través del fondo de Obras para la Prosperidad social (OPP), de allí, “El Ñoño” recibió $52 mil millones que debían ser ejecutados en obras de infraestructura y hábitat que promovieran la generación de oportunidades para la superación de la pobreza.
El Partido Conservador recibió su buena parte. Al senador Laureano Acuña, el gobierno le entregó más de $53 mil millones para la ejecución de obras en el departamento del Atlántico, específicamente en los municipios de Galapa, Piojo, Ponedera, Puerto Colombia y Tubara. De igual manera le tocó un presupuesto de $12 mil millones para obras en Cundinamarca como la construcción de la vía Bojaca - Vereda Roble Hueco; la vía Cogua - Las Mercedes en el municipio de Cogua; y la Autopista - Alto de las Piedras. Acuña fue otro de los que logró reelegirse con un inusual aumento de su votación frente a las pasas elecciones.