Jugaron terrible. Un equipito como Corea del Sur nos complicó la vida y terminó ganando un partido que, si lo comparamos con lo que sería en teoría la calidad de los jugadores, Colombia tenía en el bolsillo. La selección es Falcao y diez más porque James no fue capaz de hacer pesar la 10 que lleva en la espalda y Pékerman prefirió poner a debutar jovencitos en posiciones que no son las suyas.
Si no podemos ganarles a estos equipos de media tabla, qué estamos esperando que pase en el mundial. La camiseta no hace al jugador, definitivamente. El Tigre nos hizo falta porque tiene la valentía y el coraje de echarse el equipo al hombro y mantener la mentalidad en los momentos más difíciles. Estoy seguro que le hubiera dicho a Pékerman que sentara a Stefan Medina, y le hubiera jalado las orejas a Giovanni Moreno por querer dárselas de delantero y no de armador como es su naturaleza.
Qué tristeza ver perder a la selección. Madrugar para presenciar semejante espectáculo le arruina el día a uno. Y más si la de Javier Hernández Bonnet, Refisal, es la primera voz que uno escucha en la mañana.