La discreción y el secretismo que requieren varios asuntos de Gobierno, especialmente los relacionados con el Proceso de Paz, ha hecho que el Presidente Santos utilice su apartamento personal para reuniones que no pasen por el registro oficial del Palacio de Nariño. El escenario de muchos esos discretos encuentros, es este edificio localizado en el barrio Rosales, sobre la calle 74, al norte de Bogotá y que es vecino de la sede de la Embajada norteamericana, el cual permanece custodiado por la seguridad personal del Presidente.
El edificio fue construido por los hermanos Santos Calderón y en un momento vivieron Enrique, Luis Fernando, Felipe y Juan Manuel con sus esposas. De allí salió Juan Manuel a posesionarse como Presidente, el 7 de Agosto del 2010 pero regresó a vivir en el apartamento durante los tres meses mientras acondicionaban la residencia en el Palacio de Nariño.
El padre Enrique y la madre Clemencia Calderón Nierto permanecieron en la casa paterna del barrio El Refugio hasta la muerte de ella el 29 de marzo del 2000, circunstancia que llevó a don Enrique a trasladarse a vivir al edificio de Rosales con sus hijos. Allí permaneció hasta su muerte, un año después, en noviembre del 2001, dos meses después de su retiro como editor de El Tiempo, cargo que ocupó durante 39 años.
Los invitados a las reuniones privadas de Santos usualmente llegan por el garaje sin necesidad de ser anunciados y en muchas ocasiones los acompaña su hermano Enrique. Los espacios están intactos y el lugar de reuniones suele ser el comedor. Allí, sin secretarios, ministros, ni testigos que siempre lo rodean en su agenda oficial, el Presidente aborda asuntos de Estado. Se ve con intermediarios del Proceso de Paz, con empresarios y con amigos que siempre lo aconsejan en sus decisiones de Gobierno, a pesar de que no hacen parte de su gabinete ni del staff oficial del Palacio de Nariño. En la sede alterna de Santos, pasan cosas.