Cuando se busca el significado de la palabra secta en el diccionario, la definen como el conjunto de seguidores de una doctrina religiosa o ideológica concreta. Hoy en día hay preocupación entre las autoridades civiles frente a los grupos sectarios auténticamente peligrosos, por lo que se ha sugerido el concepto de “sectas destructivas”.
Un ejemplo claro de una secta eran los davidianos, quienes se caracterizaron por su desconfianza hacia el mundo exterior al cual veían como una amenaza. Esa fue la excusa para que se llevara a cabo la masacre de Waco-Texas en Estados Unidos en 1993. Su líder respondía al nombre de David Koresh.
Esperando que nunca se llegue a estos límites (aunque nunca se sabe), en Twitter y Facebook también tenemos unos fanáticos con un líder de poder que miente, hace montajes, lanza noticias falsas, manipula gente ignorante y utiliza a incautos para lograr su cometido. Tienen la orden de publicar todo lo que se les indique y deben oponerse, casi siempre sin argumentos, al actual mandatario de Bogotá Enrique Peñalosa quien está tratando de arreglar la debacle de doce años de malas administraciones.
Ese es Gustavo Petro y su grupo de influenciadores negativos quienes al parecer tratan de generar un clima negativo para que los ciudadanos crean que las cosas van por mal camino. Si bien existen perfiles reales que se dejan llevar por el odio y la prepotencia de su mesías, también cuentan con cuentas falsas que están siendo usadas para replicar cada cosa que se les ocurre.
Ejemplos de este trabajo al que se dedican hay muchos; es demasiado fácil saber que están coordinados para generar tendencias dependiendo del tema del día. En repetidas ocasiones el concejal Hollman Morris saca una información que ellos replican en un tiempo prudencial interactuando con su perfil y logrando que personas reales crean las mentiras. Afortunadamente en ocasiones no les salen las cosas bien.
Morris da por cierto un paro de conductores de Transmilenio en un link que adjunta del periódico El Espectador. Después se comprobó que esa noticia era de 2015 y que esa protesta se la iban a hacer era al propio Gustavo Petro.
Las cuentas que no tienen al frente una persona real son utilizadas mayoritariamente cuando se quiere insultar, matonear e incomodar de una forma bastante cobarde.
Son inocentes, se dejan identificar muy fácil y cometen errores como escribir las mismas cosas y hasta utilizar pantallazos exactamente iguales.
Las mismas cuentas que alababan a Morris, Petro, y en general a todos los funcionarios de la administración pasada son los que ahora atacan y se quejan de todo.
Hay que reconocerles que están muy bien coordinados, tal vez por grupos de Whatsapp o tal vez por grupos de DM. No puede ser tanta coincidencia que citen el mismo trino de hace muchos años para matonear al mandatario de turno.
Tienen también páginas en Facebook en donde atizan a taxistas (que bien mal se portan con la ciudadanía) para que se unan a su causa. Es muy fácil inventar mentiras para tratar de ganar más adeptos. No tienen principios y no les importa que tengan que decir con tal de tratar de generar esa sensación de que las cosas no van por buen camino.
En conclusión, apreciado lector, si usted se encuentra con este tipo de personajes en redes sociales no trague entero. Si se les enfrenta corre el riesgo de ser insultado y matoneado porque hacen parte de una secta fiel que siguen a un líder que quiere implantar La Colombia Humana. Dios nos libre porque ahí si como en Waco Texas.¡Arderá el rancho en llamas!
*Artículo editado del original.